Bañarse los pies es cómodo y saludable, pero ¿a qué no debes prestarle atención? Cuídese para mantenerse saludable y no lastimarse.
El remojo de pies es un método de cuidado de la salud por el que opta la mayoría de personas. Remojar los pies hace que nuestro cuerpo relaje los poros capilares, acelerando el flujo sanguíneo y el metabolismo.
Pero también debes prestar atención a algunos puntos clave a la hora de remojar los pies para no dañar tu organismo. Los métodos incorrectos de baño de pies no sólo no logran mantenernos saludables, sino que también aumentan nuestras posibilidades de enfermarnos.
En primer lugar, presta atención al momento de remojar los pies. Generalmente se recomienda remojar los pies antes de acostarse para liberar el estrés antes de acostarse y luego dormir bien. No se recomienda remojar los pies inmediatamente después de comer. Cuando los alimentos ingresan al cuerpo, nuestro cuerpo necesita absorber los nutrientes de manera oportuna. Remojar los pies después de una comida hará que la sangre fluya hacia los pies y ralentizará el flujo sanguíneo en los intestinos y el estómago, lo que hará que nuestro cuerpo no pueda absorber estos nutrientes y afectará la digestión de los alimentos. Esta práctica prolongada provocará problemas gastrointestinales.
Además, también debes prestar atención a la temperatura del agua a la hora de remojar los pies. Un gran número de personas están obsesionadas con la temperatura relativamente alta y sienten que ponerse agua caliente en los pies es a la vez una tortura y un placer. Pero la alta temperatura del agua puede afectar la piel de nuestros pies. También puede hacernos sentir mareados. Por tanto, si quieres remojar tus pies, lo mejor es elegir una temperatura del agua de 40 a 45 grados centígrados.