Para la anemia aplásica, ¿tenemos que esperar hasta que todos los recuentos sanguíneos sean normales?
¿Qué es la anemia aplásica?
La anemia aplásica, médicamente conocida como anemia aplásica, es una enfermedad en la que la hematopoyesis de la médula ósea se debe a diversas razones, lo que hace que la función hematopoyética sea más difícil que la de la gente común. Hay muchas causas de esta enfermedad. Por ejemplo, algunos reactivos químicos y medicamentos, sustancias radiactivas, así como algunas sustancias virales e infecciones pueden causar esta enfermedad. Los síntomas clínicos de la enfermedad son: sangrado frecuente, anemia y susceptibilidad a infecciones ambientales. Existen dos tratamientos médicos principales para esta enfermedad. El primero es la atención de apoyo. El llamado tratamiento de apoyo juega un papel preventivo al prevenir las complicaciones causadas por la reducción de las células hematopoyéticas e inhibir la reducción de las células hematopoyéticas de cierta manera. El segundo tipo, llamado terapia dirigida, puede reemplazar las células madre hematopoyéticas que han resultado extremadamente dañadas o reducidas.
Para recuperarse por completo de la anemia aplásica, debe haber algunos puntos evidentes en estos tres aspectos. Primero, no debe haber más síntomas clínicos, como anemia, sangrado, infección, etc.; segundo, el cuadro sanguíneo debe estar dentro del rango estándar, es decir, cuatro indicadores deben estar dentro del rango normal. Primero, los glóbulos blancos y los neutrófilos deben ser normales y el índice de hemoglobina de hombres y mujeres debe ser diferente. Los niños necesitan más de 110 g/l y las niñas más de 100 g/l. El último indicador son las plaquetas, y las plaquetas necesitan más de 100. La tercera es que los pacientes deben estar libres de síntomas durante un año antes de poder recuperarse.