¿Qué tipo de vino es bueno?

¿Qué tipo de vino sabe bien? Estoy aquí para decirte que el vino es para degustarlo. Tienes que entender que no conoces el sabor del vino hasta que lo pruebas.

Normalmente cuando catamos vino, prestamos atención a muchos detalles de la cata, pero a veces no tenemos en cuenta muchos de ellos. Aprendamos contigo las habilidades correctas para catar vinos.

Primero, fíjate en el color. En primer lugar, el vino no debe estar demasiado lleno, basta con aproximadamente un tercio de la copa de vino tinto. Al servir vino, no lo agite primero, colóquelo entre una luz brillante y sus ojos para observar la claridad del vino. El vino debe ser claro, pero si el corcho cae accidentalmente dentro del vino al abrir la botella, o algunas añadas tienen algún sedimento, no es un defecto. Luego, inclina la copa 45 grados contra un fondo o pared blanca y observa el color del vino. El color del vino blanco varía desde el verde claro casi incoloro hasta el amarillo limón, el amarillo dorado y luego el ámbar; el color del vino tinto varía desde el negro púrpura hasta el rojo rubí, el rojo ladrillo y el marrón; En general, los vinos blancos se vuelven más oscuros a medida que envejecen, mientras que los vinos tintos se vuelven más claros a medida que envejecen. También hay matices de concentración en el vino. La fuerza se refiere a la claridad del vino. El borde del vino tinto es de color más claro que el centro de la copa, y lo contrario ocurre con el vino blanco. Este es un error de refracción causado por la tensión del alcohol. Cuanto más viejo es el vino, mayor es la diferencia de color entre el centro y el borde de la copa. Esta es una forma de juzgar la edad del vino. El vino también tiene la capacidad de reflejar la luz. Cuanto más joven sea el vino, más brillante será y cuanto más añejo sea el vino, más opaco será. Existe otro indicador importante para medir la calidad del vino, que se llama copa colgante. Agite suavemente el vaso dos o tres veces y observe las huellas de goteo en la pared de vidrio, lo que comúnmente se conoce como "colgando la taza". El fenómeno de las copas colgadas es una manifestación de la tensión entre el alcohol, la glicerina y el azúcar residual del vino. Cuanto más lento gotea el vino, mayor y menor será el alcohol y el azúcar residual en ese vino.