Análisis de casos éticos

Como enfermera, sirvo vino por deber, por obligación.

Pero hay motivos para el rechazo. Desde la perspectiva de la preocupación humana, no quiero que una persona estrangule su propia vida. Esto es por compasión.

Es casi imposible que los miembros de la familia se inyecten ellos mismos, al igual que las personas que se cortan la propia carne. Esto es ilógico y emocionalmente inaceptable, porque la reacción instintiva de las personas sanas y normales ante la vida es Salvar, no matar.