Cirugía Dental de Conejos
Un día, el malo y el conejo fueron de compras, y el conejo fue al puesto de dulces. Se quedó mirando los dulces como rubíes. La tienda de dulces tenía sus comidas favoritas: dulces de frutas, dulces de leche, gomitas y dulces rellenos de chocolate. Mirándolo fijamente, babeando, el sustituto lo vio y dijo: "¿De verdad quieres comer dulces?". El tío te lo compra y podrás comprar lo que quieras comer en el futuro. "Más tarde, compró cinco libras de caramelos de frutas, cinco libras de caramelos de leche, cinco libras de caramelos de goma y cinco libras de caramelos rellenos de chocolate. Le costó al malo 100 yuanes.
Después de regresar al Reemplazo en casa, incluso sin quitarse la ropa, también te veré comiendo dulces. Compré 20 libras de deliciosos dulces y el conejito se los terminó en menos de cinco días. Bonnie lloró y le pidió al malo que comprara más dulces. Ya no quería comprarlo. Inesperadamente, el conejo gritó "Guau" y el malo tuvo que consolarlo: "Está bien, te lo compro". El conejito dejó de llorar inmediatamente y dijo: "¿En serio?" "No te mentiré". "Entonces llévame allí rápidamente". "Está bien, ahora mismo." "El malo lo llevó allí nuevamente y compró 10 kilogramos de azúcar a 210 yuanes el kilogramo.
Pero quién iba a saber que el conejo se lo comió en 8 días y lo pidió a gritos. El malo no podía permitírselo. Devolvió al conejo. Cuando su madre vio que el conejo finalmente regresó, compró 5 libras de dulces para el conejo.
Pero dos días después...
El. el conejito gritó: "¡ah! ¡ah! ¡duele! ¡Mamá, ayúdame! Mamá Coneja lo vio y preguntó: "¿Qué pasa?" El conejito no pudo evitar decir: "¡Yo ... tengo dolor de muelas!" ""La madre coneja envió inmediatamente al conejito al hospital. El dentista dijo: "Mira, ¿cuántos dulces le diste a tu hijo?" Mamá Coneja dijo inocentemente: "No muchos". ""¿No mucho? ¡Mira, tu hijo ha comido 70 libras de azúcar en 20 días! ¡Están todas malas y hay que extraerlas!"
El médico echó un vistazo y sacó el unos alicates para sacar los dientes malos. Los sacó uno a uno y dijo: "Mira, está podrido". El conejito lloró y dijo: "¡Quizás (yo) tampoco coma dulces!""
Con esta lección el conejito ya no comerá dulces ¡No me atrevo a comer tanta azúcar!