Vídeo tutorial del ejercicio de abdominales
1. Coopera con la respiración. La reducción del abdomen requiere coordinación con la respiración. Los músculos de la parte inferior del abdomen se tensarán para lograr el efecto de reducción del abdomen. Durante la práctica: exhale en estado ascendente (al ejercer fuerza) e inhale en estado de retirada. En un estado de quietud, como manteniendo un ángulo de 45 grados, mantenga la respiración torácica normal y no contenga la respiración. Por lo general: la respiración abdominal ayuda a tensar el músculo transverso del abdomen. Al inhalar, sienta que la cavidad abdominal se eleva hacia adentro y hacia arriba. Después de inhalar completamente, exhale profundamente.
2. Altura de pie: mantenga un ángulo de 45 grados. Los abdominales no significan que cuanto más alto estés, más efectivos serán. El método correcto debe ser intentar extender la duración de los abdominales en un ángulo de 45 grados entre el cuerpo y el suelo (al menos 30 segundos), para que los músculos abdominales se puedan ejercitar de manera más efectiva.
3. No apoyes tu cabeza con las manos. En términos generales, las abdominales se realizan colocando las manos y los dedos sobre la cabeza para perder peso. Sin embargo, durante las abdominales, a menudo se usan las manos para levantar la cabeza, lo que fácilmente puede causar tensión en los músculos del cuello. La forma correcta de hacerlo es cruzar las manos sobre el pecho o taparse las orejas. Cuando te sientes, activa tus abdominales, no tus brazos.
4. La parte superior del cuerpo debe estar enrollada, no levantada. Si lo haces en casa, ya sea que estés acostado en la cama o en el sofá, levanta los pies para que las rodillas queden dobladas a 90 grados y las caderas a 120 grados para formar un escalón. Esta es la posición inicial correcta. Debes curvar la parte superior del cuerpo al hacerlo, no levantarla. Levantarlo directamente puede causar fácilmente lesiones en la columna lumbar.
5. Los abdominales no se hacen lo más rápido posible. Por un lado, la velocidad tiene su propia retórica. Los ejercicios rápidos pueden entrenar potencia explosiva, mientras que los ejercicios lentos pueden estimular los músculos de manera más completa y uniforme. Para la mayoría de las personas, lo último es mejor.