La capacidad de atreverse a pelear con el oponente se puede obtener subiendo un tramo de escaleras.
Para la mayoría de las personas, cuando ven a otros comiendo, no tiene nada que ver con la personalidad, sino con la naturaleza humana. Eres muy paciente, estás acostumbrado a hacer concesiones y eres un poco matón a los ojos de los demás. Tienes que ponértelo difícil aquí. No significa que tengas que actuar de forma agresiva, pero sí que dejes saber a los demás que eres alguien que se atreve a rebelarse.
Aunque sueles parecer amigable, serás despiadado cuando se trata de cuestiones de principios. Cuando otros quieran traspasar tus límites y hacerte daño, primero considerarán el costo del conflicto contigo y se rendirán. Si siempre eres agradable y no te atreves a entrar en conflicto con los demás fácilmente, no hay nada de qué preocuparte si otros te acosan.
Por supuesto, sería mejor si fueras lo suficientemente fuerte, motivado, no enojado ni arrogante, y parecieras molesto. Puede trazar fácilmente sus propios límites y ahorrarse muchos problemas. Pero la mayoría de la gente define sus territorios mediante tentaciones mutuas y luchas repetidas. No tienes poder de lucha, territorio. Serás violado por otros hasta que no tengas un lugar donde pararte.
Muchas personas no se atreven a pelear porque piensan que consolar a alguien es pelearse completamente con él y tomarán represalias contra él. Es un poco como el juego del cobarde, excepto que te tomas demasiado en serio tu propia capacidad de causar daño y desprecias la resistencia de los demás. Pensar demasiado es ser cobarde. De hecho, ya sea que esté enojado o contraataque con la cara seria, siempre que se atreva a expresar su descontento, descubrirá que el asunto no es tan grave como pensaba.
Discutiendo ganarás el respeto y reconocimiento de los demás. Si alguien rompe contigo por esto, entonces no es digno de tu coraje para rendirte, solo piensa en ello como una forma de adelgazar tu relación. La cuestión es que después de soportarlo, encontrarás la sensación de ser tú mismo. Mi esposa es tan genial. Después de haber tenido esta experiencia varias veces, no te avergonzarás fácilmente la próxima vez que conozcas a alguien que no sepa qué hacer. Necesitas tener la capacidad de caerte, no es necesario, pero no puedes vivir sin ella.