Red de conocimientos sobre prescripción popular - Cuidado de la salud en otoño - Los restaurantes de Singapur impugnarán los cargos por niños ruidosos. ¿Qué debemos hacer cuando nuestros hijos hacen ruido en público?

Los restaurantes de Singapur impugnarán los cargos por niños ruidosos. ¿Qué debemos hacer cuando nuestros hijos hacen ruido en público?

Recientemente, un conocido restaurante de Singapur anunció que cobraría un recargo de 10 dólares singapurenses a los clientes con niños ruidosos. El restaurante recibió muchas quejas de otros clientes, principalmente porque algunos clientes traían niños ruidosos, lo que les molestaba para comer y descansar, por lo que el restaurante decidió cobrar un recargo a los clientes con niños ruidosos. Después de que se conoció la noticia, provocó muchas discusiones acaloradas en Internet y generó mucha controversia. Algunas personas piensan que esto es discriminatorio para los niños, mientras que otras piensan que esta decisión atraerá a la gente.

En primer lugar, podemos proporcionar educación ideológica a los niños ruidosos.

Si su hijo de repente hace una escena en público, puede molestar a los demás. En este momento puedes calmarte, educar ideológicamente a tu hijo, hacerle saber respetar a los demás y aprovechar para enseñarle a ser un ciudadano de calidad en público. Dígale que baje la voz en público y que no haga ningún ruido. Aprovecha para enseñarle algo de verdad y cómo comportarse correctamente en público. Si funciona, es lo mejor. Si no funciona, piensa en otra forma.

Desviar la atención del niño.

Cuando su hijo está causando problemas, si le habla, seguirá causando problemas incluso si no escucha. En este momento puedes desviar la atención del niño. Por ejemplo, cuéntale a un niño un cuento para llamar su atención. También puedes decirle a tu hijo que le compre un helado, decirle que deje de hacer ruidos y luego comprarle un helado cuando se calme. También puedes decirle a tu hijo que compre un libro de cuentos de hadas y pedirle que primero deje de hacer ruido y se quede callado en lugares públicos.

Nunca golpees ni regañes a un niño.

Muchos padres se ponen muy ansiosos cuando sus hijos gritan, por lo que pueden golpearlos y regañarlos con ira. Esto sin duda echará más leña al fuego y hará que los niños sigan volviéndose malos y ruidosos. Por eso, en este momento, no golpees ni regañes a tus hijos, sino cálmate y predica con el ejemplo, para que tus hijos aprendan a ser ciudadanos de calidad en público.