¿Ha vuelto el COVID-19? ¡Los nutricionistas te enseñan cómo combatir los virus y mejorar la inmunidad!
Durante la prevención de epidemias, además de usar mascarilla, lavarse las manos con frecuencia y reducir el acceso a lugares concurridos, lo más importante es mejorar la propia inmunidad. No existe cura ni vacuna para la mayoría de los virus. Una vez concedidos, tuvieron que confiar en sus propias células inmunitarias para combatir estos virus extraños.
El sistema inmunológico del cuerpo humano es como el comandante en jefe del país. Una vez que los objetos extraños invadan (como bacterias, virus, alérgenos, células cancerosas, etc.), estos generales dirigirán tropas para atacar a los enemigos extranjeros. La batalla será vigorosa y de vida o muerte, por lo que el cuerpo humano tendrá muchos. Síntomas incómodos, como enrojecimiento e hinchazón, calor, dolor. Cuando el soldado en el cuerpo gane la batalla, estos incómodos fenómenos se desvanecerán lentamente.
Por lo tanto, en el proceso de lucha contra el COVID-19, además de completar las medidas de prevención epidémica, otra cosa muy importante es mejorar la propia inmunidad, es decir, potenciar la capacidad de las células inmunitarias para luchar. el virus, especialmente para personas con enfermedades crónicas (Diabetes, cáncer, inmunodeficiencia) o personas con constitución débil, resfriados y enfermedades frecuentes, personas de cabello plateado, etc. Y deberíamos prestarle más atención, porque estos grupos pertenecen a grupos con inmunidad deficiente. Si se infectan, el impacto será enorme.
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Hay muchas formas de mejorar la inmunidad, entre ellas:
1. Dormir lo suficiente (7-9 horas/día)2. Haga realidad el hábito del ejercicio. Llevar una dieta equilibrada y adecuada. Aliviar el estrés.
Estos cuatro elementos son indispensables. Si falta alguno de ellos, se convertirá en un gran avance en la prevención de epidemias y los gérmenes ansiosos lo encontrarán.
La dieta puede seguir una dieta de IG (índice glucémico) bajo con suficientes y buenas fuentes de proteínas.
Hidratos de carbono: El arroz integral y los cereales integrales se utilizan para sustituir el azúcar refinado, como el arroz blanco, los fideos, el pan y los bollos al vapor. Proteínas: los productos de soja, el pescado, las carnes blancas y los huevos son buenas fuentes de proteínas (trate de comer la menor cantidad posible de carne roja). Aceites: aumentar la ingesta de grasas omega-3 (una ración de frutos secos al día, tres veces por semana de pescado de aguas profundas) puede ayudar a combatir la inflamación. Fibra: coma frutas y verduras más coloridas para aumentar la ingesta de fibra dietética y diversos antioxidantes. Azúcar refinada: Reducir las fuentes de alimentos "dulces", incluyendo: bebidas, dulces, galletas, pasteles y dulces diversos. Métodos de cocción: menos aceite, menos azúcar, menos sal, cocer al vapor en lugar de freír, sofreír, espesar, agridulce, estofado, tres tazas.
Esta dieta no solo puede reducir la obesidad o las enfermedades crónicas, sino también mejorar la inmunidad y reducir la inflamación, ¡aplicable en cualquier momento y en cualquier lugar!
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