Cómo desinfectar un frigorífico

1. Trabajo de preparación

Antes de desinfectar el refrigerador, primero debe sacar los alimentos almacenados en él, desenchufar el enchufe, apagar el refrigerador, descongelarlo y limpiar el revestimiento y los accesorios antes de desinfectarlos. . Puede elegir uno de los siguientes métodos de desinfección:

El segundo paso es rociar una solución acuosa de glutaraldehído alcalino

Rociar con 2 soluciones acuosas de glutaraldehído alcalino, cerrar la puerta durante 30 minutos y luego frote y limpie. La solución de glutaraldehído tiene poco olor, ligera toxicidad, no tiene efectos corrosivos sobre metales y plásticos y tiene un mejor efecto de desinfección en condiciones alcalinas. Es necesario agregar 0,3 bicarbonato de sodio para la activación antes de su uso, pero el glutaraldehído alcalino tiene poca estabilidad, por lo que se prepara ahora.

En tercer lugar, rocíe una solución de ácido peracético.

Rocíe con una solución de ácido peracético al 0,05~0,1. Si la concentración de la solución de ácido peracético es demasiado alta, tendrá cierto efecto corrosivo sobre el metal, por lo que se debe prestar especial atención a la concentración. Cierra la puerta durante 20 a 30 minutos y luego límpiala.

4. Limpiar con alcohol o solución de ácido acético.

Utilice un paño suave humedecido en alcohol al 75% o una solución de ácido acético, o limpie con una solución de clormetionina al 0,1. Cierre la puerta durante 15 a 30 minutos, luego frote con agua limpia y seque.

En quinto lugar, el frigorífico está fuera de servicio.

Debido a las bajas temperaturas del invierno, algunos usuarios optarán por dejar de utilizar sus frigoríficos en invierno. No es necesario. Por un lado, si el frigorífico no funciona durante mucho tiempo, algunas piezas internas envejecerán más rápido y la temperatura exterior no será tan estable como la temperatura de refrigeración o congelación del frigorífico, lo que no favorece la conservación de los alimentos. En segundo lugar, debido a las temperaturas más bajas en invierno, los refrigeradores generalmente funcionan a una velocidad más baja, lo que reduce el consumo de energía aproximadamente a la mitad en comparación con el verano, por lo que los usuarios no tienen que preocuparse por facturas de electricidad adicionales.