Cómo calentar leche

1. La mejor forma es poner la leche en agua caliente a unos 80 ℃ y agitarla de vez en cuando. Cuando la temperatura del agua desciende a una temperatura adecuada, la leche se calentará, lo que no solo es seguro y rápido, sino que también retiene los nutrientes al máximo.

2. Si compras leche fresca procesada en casa y es la primera vez que abres el paquete y la bebes, no es necesario cocinarla. Dado que la leche fresca estandarizada de las empresas lácteas ha sido sometida a una estricta esterilización, su estricto envasado puede garantizar que los indicadores microbiológicos, nutricionales y sensoriales del producto cumplan con los estándares nacionales pertinentes durante su vida útil. Por tanto, este tipo de leche se puede beber directamente, pero provocará la pérdida de nutrientes tras la cocción.

3. Pero si no bebes leche una vez, la próxima vez deberás cocinarla. Debido a que la leche se mezcla con aire bacteriano después de abrirse y es difícil de sellar, incluso si se coloca en el refrigerador, estará contaminada por bacterias. Beberla directamente puede causar problemas como diarrea.

4. A la hora de hervir la leche, se debe seguir el principio de "revolver mientras hierve, apagar el fuego cuando burbujee". Debido a que la leche es un alimento muy nutritivo, la grasa y otros ingredientes que contiene pueden adherirse fácilmente a la olla. Una agitación adecuada puede evitar este fenómeno. También es importante controlar el calor al hervir la leche. Siempre que la leche esté lo suficientemente caliente como para burbujear y hervir, puedes apagar el fuego, lo que no sólo tiene un efecto esterilizante, sino que también evita la pérdida de vitaminas y otros nutrientes de la leche.