Razones psicológicas para no perder peso
La cuestión de "adelgazar" es un dolor en el corazón de muchas personas. Prefiero decir "perder grasa" que "adelgazar". La pérdida de grasa consiste en consumir grasa, aumentar el contenido muscular y remodelar la apariencia. Este es un proceso positivo a nivel psicológico.
La palabra "gordo" en "bajar de peso" tiene el significado de eliminar la insatisfacción, pero no importa lo bueno o lo malo, esas cosas que se han perdido alguna vez fueron parte de nosotros. Al mismo tiempo, la palabra "pérdida de peso" tiene una sensación de pérdida, como si estuviera ansioso por cortar el exceso de carne, mientras que "pérdida de peso" suena como una sensación de control de "querer mejorar".
Déjame contarte una curiosidad sobre la pérdida de peso que muchas personas tal vez no sepan: la razón por la que siempre te recuperas después de perder peso y tienes que "comer pasto" es probablemente porque tienes una defensa psicológica contra ¡Perdiendo peso!
Mucha gente piensa que la pérdida de peso sólo se debe a factores físicos (comer demasiado y moverse muy poco), pero, de hecho, las razones psicológicas también pueden ser el jefe oculto en nuestro camino hacia la pérdida de peso. Aquí hay algunas razones psicológicas para perder peso.
1. Ganar peso es una especie de autoprotección inconsciente.
Los experimentos muestran que los adultos que sufrieron abuso infantil (incluido abuso físico, sexual y verbal) tienen más probabilidades de desarrollar obesidad. Por un lado, comer puede convertirse fácilmente en un medio para que las personas calmen sus emociones. Por otro lado, un mayor peso corporal puede reducir inconscientemente la atracción sexual, reduciendo así la probabilidad de abuso.
2. Inercia del peso.
Puede que tengas miedo de perder peso. Mantener un peso estable es una manifestación de un mecanismo de defensa psicológico. Nuestras mentes se defienden inconscientemente de las cosas que nos causan ansiedad y malestar, ya sea engordar o perder peso, este proceso es inconsciente. En otras palabras, tu mundo interior no está acostumbrado a perderte.
3. Autoataque.
¿Alguna vez has pensado: "Cuando pierda peso, haré..."? El subtexto de esta oración es: No soy lo suficientemente bueno ahora, no soy digno de la persona que me gusta y no soy digno de una vida mejor.
Si no se descubre este pensamiento subconsciente, existe una alta posibilidad de que, sin darnos cuenta, tomemos una decisión por nosotros mismos: encontrar un estado que nos parezca más adecuado (rebote).
4. El modelo de pensamiento se solidifica.
A las personas con patrones de pensamiento fijos les resulta difícil percibir claramente sus verdaderas emociones. Se sienten distantes de sus propios sentimientos y, a menudo, tienen dificultades para notar los efectos físicos y mentales de las emociones negativas.
Las personas con una mentalidad fija se muestran más defensivas ante el cambio; a menudo tienen miedo al cambio y parecen un poco testarudas. Por lo tanto, cuando se produce obesidad, serán más vulnerables y tendrán cambios de humor más severos, lo que provocará una serie de rebotes conductuales incontrolables.
¿Qué hacer si la pérdida de peso repunta?
1. Ajustar el plan.
En primer lugar, cuando empieces a perder peso, planifícalo para no entrar en pánico cuando lo hagas. Además, incluso si comienzas de manera extremadamente positiva, no hagas tus planes demasiado exigentes. También es una buena idea agregar una “comida ocasionalmente abundante” a sus planes.
2. Recompensas adicionales.
Durante el período de cuello de botella, también puedes establecer algunos mecanismos de recompensa adicionales (es realmente frustrante trabajar duro durante mucho tiempo, pero la escala no tiene cambios numéricos) y animarte adecuadamente. Por ejemplo, si puedo cumplir con mi plan para este mes, me compraré un lápiz labial.
3. Acepta el rebote y aprovecha la oportunidad.
Puede que seamos menos sensibles a nuestro mundo interior, pero los cambios de peso son fáciles de detectar. Una vez que gane peso, podrá retomar su vida reciente.
¿Has comido demasiado o te has movido muy poco últimamente?
¿En qué circunstancias soy vulnerable a que me coman?
¿Has estado bajo demasiada presión últimamente?
¿Cuándo soy más vulnerable?
¿Estoy ansioso por el cambio?
¿Qué me preocupa?
¿Estoy preparado para empezar una nueva vida?
Comprender estas cuestiones no sólo es beneficioso para la causa de la pérdida de peso, sino que también nos ayuda a comprendernos mejor a nosotros mismos y a nosotros mismos, y a sentar unas buenas bases para otros hermosos cambios que se producirán en nuestras vidas futuras.