¿Qué ayudó a Shi Tiesheng a crear el milagro de la vida?
Cuando ganó el premio a los diez años, su madre estaba feliz y orgullosa. En ese momento, él lo desaprobaba mucho, pero su corazón estaba lleno de profundo respeto y apego a su madre. Más tarde, cuando quedó discapacitado a la edad de veinte años, se desplomó, pero su madre no estaba dispuesta a ceder con el destino. Se dedicó a tratar la enfermedad de su hijo, buscó médicos y remedios por todas partes y gastó mucho dinero. Cuando supo que la enfermedad física de su hijo no tenía cura, no se desesperó ni pudo desesperarse. Animó a sus hijos a buscar la fe espiritual. Para los escritos de su hijo, pedía prestados libros en todas partes y lo empujaba a ver películas en los días de lluvia y nieve, aferrándose a la esperanza y sin darse por vencido, tal como solía ir al médico por su hijo y pedirle remedios.
Esta es una madre que utiliza su amor maternal más profundo para apoyar la creencia de su hijo en la vida. Esta madre dedicó su vida a ayudar a su hijo discapacitado a salir adelante. Al final, sus esfuerzos desinteresados tuvieron éxito y Shi Tiesheng se convirtió en una escritora famosa. Fue su madre quien le enseñó a afrontar el sufrimiento con tenacidad y a vivir con valentía en la adversidad. Finalmente, tiene un futuro brillante. Pero cuando llegó el día en que su hijo realmente tuvo éxito, su madre murió joven y estaba sobrecargada de trabajo y ya no pudo compartir la alegría del éxito de su hijo.
Muchos años después, cada vez que Shi Tiesheng piensa en su madre, piensa en la acacia que su madre plantó para él cuando su vida era desesperada. A los ojos de la madre, el árbol verde es un símbolo de vida y espera que su hijo pueda vivir para siempre como ese árbol. Ahora el árbol de la vida del hijo finalmente se ha vuelto verde, pero la madre ha perdido la vida después de dar todo su amor. Esto hace que Shi Tiesheng se sienta desconsolado cada vez que piensa en ello.
El amor maternal es desinteresado, y el amor maternal también es grandioso. Cada paso que damos encarna el profundo amor y cuidado de la madre, pero a medida que pasa el tiempo, la madre seguramente se debilitará cada vez más y su espíritu no será tan bueno como antes. Cada vez que miramos la espalda lenta y torpe de nuestra madre, no sólo lamentamos el paso de los años, sino que también nos sentimos agradecidos por el amor maternal.