¿Cómo se llama el hombre-mono de Zhoukoudian, Beijing?
El descubrimiento del Hombre de Pekín
El Hombre de Pekín, oficialmente conocido como la "especie de Pekín del hombre mono chino", ahora en la ciencia se le suele llamar "Homo erectus", o erecto en inglés. Homo erectus pekinensis. Fósiles de Homo erectus de China.
El hombre de Pekín vivió hace unos 770.000 años. El sitio fue descubierto en la montaña Gulong en Zhoukoudian, distrito de Fangshan, al suroeste de Beijing.
Los habitantes de Beijing llegaron a Zhoukoudian hace unos 600.000 años y vivieron aquí de forma intermitente durante casi 400.000 años. Hace unos 200.000 años, los pekineses se marcharon de aquí.
Los pekineses tienen pómulos más altos. El volumen cerebral medio es de sólo 1532 ml. Corto y grueso, el macho mide unos 156 cm de altura y la hembra unos 144 cm de altura. Las piernas son cortas, los brazos largos y la cabeza hacia adelante.
Algunos estudiosos creen que en aquella época ya se fabricaban cuernos de hueso. Además de cazar, comer frutas silvestres, hojas tiernas, raíces e insectos, las aves, ranas, serpientes y otros animales pequeños también son fuentes de alimento diario.
Hay una gruesa capa de ceniza en las viviendas-cueva donde vivían los pekineses, lo que indica que los pekineses han utilizado el fuego para preservar el fuego.
Este yacimiento fue descubierto por el geólogo sueco Anderson y el paleontólogo estadounidense y austriaco Dansky en agosto de 1921, y las excavaciones comenzaron en 1927. El 2 de febrero de 1929 65438+, el arqueólogo chino Pei Wenzhong desenterró el primer cráneo completo, pero el cráneo desenterrado durante este período desapareció en 1941, convirtiéndose en un misterio en la historia.
El único espécimen físico existente es el modelo de cráneo del Hombre de Pekín descubierto en la capa de acumulación superior en 1966. Posteriormente se descubrieron artefactos de piedra y de hueso y cuerno. Entre los chinos que participaron en la excavación en ese momento se encontraba el Sr. Jia Lanpo, el posterior académico. Después de su muerte, a nadie le importaron las fotografías desenterradas ese año.