¿Beber leche antes de acostarse puede ayudar a reducir la grasa? ¿Por qué?
Beber leche antes de acostarse es un buen hábito alimentario. La leche y los productos lácteos solo son necesarios para proporcionar al cuerpo los nutrientes adecuados y no sobrecargarlo. Al mismo tiempo, beber leche antes de acostarse también favorecerá la absorción de calcio. Las calorías de 100 g de leche baja en grasa son de 50 a 80 calorías, mientras que las calorías de 100 g de arroz son de 110 a 150 calorías, lo que indica que la leche no es un alimento rico en calorías. Por el contrario, la leche es muy nutritiva y completa. Puede aportar proteínas de alta calidad, calcio y otros oligoelementos importantes. Por tanto, los productos lácteos son un buen alimento para adelgazar. Además, la leche baja en grasa o semidesnatada contiene entre 1,0 y 1,5 grasas, y la leche desnatada entera contiene 0,5 grasas. Por lo tanto, utilizar leche baja en grasa en lugar de leche entera significa reducir la grasa entre 3,75 y 5,0 gramos. Incluso la leche entera desnatada sólo reduce 6,25 gramos. Por el contrario, utilizar menos aceite, alimentos no fritos, menos carne de cerdo y menos cocina en restaurantes son los grandes planes para reducir la grasa.
Además, beber leche antes de acostarse no sólo puede favorecer la absorción de calcio. La noche es el mejor momento para digerir, absorber calcio y favorecer el sueño. El calcio tiene un efecto estabilizador del estado de ánimo. Además, las proteínas, componente principal de la leche, no se digieren ni absorben tan rápidamente. Se digiere principalmente en el intestino delgado, por lo que beber leche antes de acostarse no aumentará el consumo de energía por la noche, ni hará que sientas hambre al despertarte a la mañana siguiente. No beba leche con el estómago vacío antes de acostarse. Es mejor combinarlo con galletas saladas y otros alimentos para promover la digestión y absorción de la leche por parte del cuerpo. Sin embargo, a la hora de elegir alimentos, no elijas alimentos ácidos porque la leche es alcalina. La reacción ácido-base hace que la proteína de la leche se coagule en grumos, dificultando su digestión y provocando molestias gastrointestinales.