En la antigüedad, los sacerdotes y monjes taoístas eran a la vez delgados y gordos.
Primero veamos a los sacerdotes taoístas. Los taoístas generalmente persiguen la inmortalidad, por lo que prestan atención a la preservación de la salud. ¿Cómo mantener la salud? El taoísmo formó su propio conjunto de teorías durante su desarrollo.
En lo que respecta a la dieta, los sacerdotes taoístas prestan atención a su ingesta de alimentos y, a menudo, se ponen a dieta deliberadamente para asegurarse de no comer en exceso y afectar el sistema digestivo del cuerpo. Una forma importante para que los sacerdotes taoístas persigan la inmortalidad es elaborar elixires. Algunas pastillas tienen el efecto de provocar anorexia en las personas. De esta forma, es naturalmente difícil para un sacerdote taoísta convertirse en un hombre gordo.
Al mismo tiempo, además de la alquimia, los sacerdotes taoístas suelen prestar gran atención al ejercicio para tener un cuerpo sano, lo que naturalmente está relacionado con la búsqueda de la inmortalidad. Además, en su tiempo libre, a los sacerdotes taoístas les gusta viajar por el mundo, practicar y viajar largas distancias. Junto con el entorno de vida desconocido, los sacerdotes taoístas, naturalmente, no engordarán.
Miremos a los monjes. Generalmente los monjes necesitan practicar Zen en los templos. Salvo bajar de la montaña a pedir limosna, es difícil verlos por la calle. De esta forma, su cantidad de ejercicio se reduce considerablemente. Sin embargo, un monje no se queda inactivo todo el día. Lo que más les gusta hacer es meditar y meditar. Los monjes esperan poder abandonar todos los pensamientos mundanos, vagar en un mundo tranquilo, explorar la verdad del mundo y sentir la lógica de todas las cosas.
Aunque de esta manera, los monjes suelen ser relativamente indiferentes y es difícil que el mundo los moleste, lo que es muy útil para su crecimiento. Sin embargo, estas personas suelen comer mucho cuando están de buen humor. Al mismo tiempo, como los monjes no han comido carne durante mucho tiempo y no han ingerido suficiente grasa, naturalmente necesitan demasiado arroz para satisfacer su hambre. Como resultado, todos engordaron.
Al mismo tiempo, pasar largos períodos sentados y meditando les dificulta tener tiempo y oportunidad para hacer ejercicio. Aunque suelen realizar algunos trabajos como limpiar y buscar agua en el templo, estas tareas sólo tienen un cierto efecto de ejercicio y tienen poco efecto. Es comprensible que los monjes tengan heces grasas debido a largos períodos de estar sentados y comer en exceso.
Así que, si quieres perder peso, puedes aprender del régimen de salud taoísta, prestar atención a una dieta equilibrada y hacer ejercicio con regularidad.