¿Puede la natación en invierno prevenir el envejecimiento cerebral?
A medida que aumenta la edad, el cerebro humano se degenera y se encoge gradualmente, y la flexibilidad de las neuritas de la corteza cerebral se debilita. La velocidad de conversión entre excitación e inhibición es lenta, la capacidad de coordinación neuronal es deficiente y la respuesta a estímulos externos también es lenta porque el período de latencia se prolonga. Como resultado, la memoria, la atención y las capacidades de análisis y juicio integrales se debilitan, los nervios se fatigan fácilmente y la recuperación es lenta.
Al nadar en invierno, la temperatura exterior es baja, muy diferente a la temperatura corporal. Al calentarse, se acelera la circulación sanguínea, el cuerpo se siente lleno y aumenta el suministro de sangre al cerebro. Al mismo tiempo, gracias a la estimulación del aire frío intenso, se puede aumentar la fuerza de las neuritas en la corteza cerebral, mejorando eficazmente las funciones visuales, táctiles y auditivas. El ejercicio prolongado definitivamente mejorará la función del sistema nervioso central de las personas mayores, evitará el envejecimiento cerebral, aumentará la energía y hará que las personas mayores no sólo piensen con atención, sino que también mejoren en gran medida la eficiencia en el trabajo y la calidad de vida.
La natación en invierno también puede aliviar eficazmente la fatiga y la tensión, mejorar el sueño y prevenir enfermedades geriátricas. En particular, puede prevenir el insomnio y la arteriosclerosis cerebral, mantener un buen suministro de sangre al cerebro cada segundo y proporcionar suficiente oxígeno. La arteriosclerosis cerebral es causada por niveles altos de colesterol en la sangre. Según estudios de datos relevantes, la natación en invierno puede reducir los niveles de colesterol en sangre, especialmente los niveles de colesterol de proteínas de densidad, y aumentar los niveles de proteínas de densidad, eliminando así el colesterol depositado en las paredes de los vasos sanguíneos. Debido a la rápida circulación de la sangre, se mejora la capacidad de transporte, aumentando así la tensión y elasticidad de las paredes de los vasos sanguíneos y evitando que los vasos sanguíneos arteriales se endurezcan.