¿Puedo comer cebollas durante la lactancia?

Durante la lactancia, la dieta de la madre debe contener suficientes nutrientes que necesita el bebé y debe ser diversa en ingredientes. Sin embargo, se debe prestar atención a evitar los alimentos que devuelven leche, para que se pueda metabolizar suficiente leche y la leche metabolizada tenga una nutrición integral para asegurar la nutrición del bebé. Las cebollas tienen nutrientes únicos que pueden mejorar la inmunidad humana, permitiendo a las madres lactantes construir una línea de defensa saludable para sus bebés a través de la leche materna.

Mejora el estreñimiento

El azufre en polvo de la cebolla se combina con proteínas o bacterias del intestino para producir cloruro de hidrógeno, que puede favorecer la función gastrointestinal. La rica fibra dietética soluble puede estimular los intestinos y hacer que el ejercicio sea más abundante, mientras que los oligosacáridos también pueden inhibir la reproducción de bacterias malas en los intestinos y mejorar eficazmente los síntomas comunes del estreñimiento.

Mejora los problemas de la piel

La cebolla es un producto natural y seguro para el cuidado de la piel. El glutatión contenido en la cebolla puede inhibir la conversión de pigmento y mejorar el eccema, la inflamación de la piel, la urticaria o las manchas hepáticas. Los flavonoides de la corteza del dendrobium pueden resistir los rayos ultravioleta y tienen el efecto de eliminar el color amarillento y el blanqueamiento.

Prevenir la osteoporosis

Los flavonoides contenidos en la cebolla tienen efectos similares a los del estrógeno y son comparables a los estrógenos o a los medicamentos para la osteoporosis. Según los informes de la encuesta, comer entre 200 y 300 gramos de cebolla al día puede prevenir eficazmente la osteoporosis.