Red de conocimientos sobre prescripción popular - Conocimiento de perdida de peso - Hay que tener cuidado al beber. ¿Qué malos hábitos no deberías tener nunca?

Hay que tener cuidado al beber. ¿Qué malos hábitos no deberías tener nunca?

En primer lugar, nunca beber con el estómago vacío.

El alcohol es muy irritante para el tracto gastrointestinal. Si debes beber, primero debes comer algo para amortiguar tu estómago. De lo contrario, si bebe con el estómago vacío, el alcohol permanecerá en los intestinos durante muy poco tiempo y la mayor parte del alcohol será absorbido por el estómago.

Esto es muy irritante para la pared del estómago. Si lo haces varias veces, fácilmente se producirán diversas enfermedades gástricas. Comer algo en los intestinos y el estómago, mezclar la comida con alcohol puede reducir la concentración de alcohol y ralentizar la tasa de absorción de alcohol.

Además, el metabolismo del alcohol también requiere de la ayuda de algunas otras sustancias. Comer algunos alimentos puede ayudar a metabolizar el alcohol y reducir el daño al cuerpo.

En segundo lugar, no mezcles todos los tipos de vino.

Algunas personas piensan que mezclar vino emborracha fácilmente, así que después de beber unos sorbos de vino blanco, bebe dos vasos de cerveza para disminuir tu consumo de alcohol. fácilmente.

Sin embargo, diferentes vinos aún interactúan entre sí y es más probable que mezclar vinos cause intoxicación por alcohol. Entonces, ¿está bien mezclar vino con bebidas? La respuesta es no.

En la superficie, mezclarlo con una bebida diluye la concentración del alcohol, pero después de mezclarlo con una bebida, el cuerpo absorbe más fácilmente el alcohol y es posible que te emborraches rápidamente. Entonces, si quieres beber, no bebas nada.

Además, no bebas vino como agua.

Muchas personas beben cuando comen, y deben beber cada vez que comen. Esto se ha convertido en un hábito, es decir, tratan el vino como si fuera agua, pensando que así no se secarán demasiado ni se ahogarán. comiendo.

Pero este hábito es muy malo, porque el alcohol estimulará los riñones y provocará más orina. Si comes así, sentirás que necesitas orinar más. Por un lado, siempre tendrás ganas de ir al baño. Por otro lado, cuanto más comes, más seca se vuelve tu boca.