¿Es la polimiositis una enfermedad genética?

La polimiositis no es hereditaria.

La polimiositis es una enfermedad autoinmune con lesiones musculares como principal causa. La causa es desconocida y en su mayoría es subaguda. Puede ocurrir a cualquier edad, pero es más común en personas de mediana edad y mayores, y es ligeramente más común en mujeres. Un pequeño número de pacientes se complica con tumores y alrededor del 20% de los pacientes se complica con enfermedades autoinmunes como lupus eritematoso, esclerodermia, artritis reumatoide y síndrome de Sjogren. La afección suele alcanzar su punto máximo en unas pocas semanas o unos meses, con debilidad general y, en casos graves, debilidad respiratoria, que puede poner en peligro la vida. El pronóstico de los pacientes con polimiositis simple es bueno, mientras que el pronóstico de los pacientes con tumores malignos y diversas enfermedades del tejido conectivo es malo.

La polimiositis tiene diferentes manifestaciones clínicas dependiendo de las partes involucradas. Los síntomas principales son debilidad simétrica de las extremidades proximales, músculos del cuello y músculos faríngeos, sensibilidad muscular y elevación de la creatina quinasa sérica.

La polimiositis se puede diagnosticar basándose en la debilidad muscular progresiva en las extremidades proximales, combinada con características como enzimas musculares, electromiografía y biopsia muscular. El tratamiento con glucocorticoides puede inhibir la respuesta inflamatoria y mejorar los síntomas. Además, a menudo se requiere la coadministración de inmunosupresores.

Los pacientes con polimiositis con síntomas persistentes, dificultad para respirar y tragar y complicaciones graves deben acudir al hospital para recibir un diagnóstico y tratamiento oportunos bajo la orientación de un médico.