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¿No podemos comer gallinas ni gallos durante el confinamiento?

Lo mejor es no comer gallinas a la semana del confinamiento, pero sí gallos. Los niveles de estrógeno y progesterona en el cuerpo de la madre se reducirán considerablemente después del parto, lo que conduce al papel de la prolactina en la lactancia. Las mujeres embarazadas que comen gallinas demasiado pronto pueden provocar niveles elevados de estrógeno en sus cuerpos. En este momento, la prolactina no puede funcionar normalmente y la secreción de leche se verá afectada.

Las pollas son ricas en andrógenos, que actúan como factores antiirritantes. Si una madre come gallo después de dar a luz, el estrógeno de su cuerpo se verá afectado, lo que favorecerá más la secreción de leche y aumentará la secreción de leche. También está el hecho de que, en comparación con las gallinas, la carne de los gallos tiene menos grasa. Las mujeres embarazadas que comen más gallos serán buenas para sus bebés y para ellas mismas.

Aunque las mujeres embarazadas pueden comer pollo, deben tener cuidado de no comer demasiado. Comer demasiado puede provocar una secreción excesiva de leche e incluso pezones hinchados. En casos graves, también puede provocar obstrucción mamaria e incluso mastitis, afectando la secreción normal de leche de los senos y provocando algunas enfermedades.

Tabúes dietéticos para mujeres que amamantan:

Las madres deben evitar las cebollas, el ajo y otros alimentos picantes durante la lactancia. Es probable que estos alimentos afecten la calidad de la leche materna y provoquen diarrea o gases en el bebé. Cuando estos alimentos son absorbidos por el sistema digestivo, el sabor y la acidez de la leche materna cambian.

Las mujeres deben evitar comer alimentos que contengan sólo calorías durante la lactancia: intentar no utilizar alimentos grasosos o dulces, como patatas fritas, azúcar y pasteles, pero comer de forma razonable. Debido a que estos alimentos suelen contener muchas calorías pero carecen de nutrientes, solo pueden proporcionar energía a corto plazo y tienen un gran impacto en la calidad de la leche. Además, los alimentos fritos son difíciles de digerir y las madres que acaban de dar a luz tienen una capacidad digestiva débil, lo que no favorece la recuperación de la madre.