¿Qué significa apoplejía pituitaria?

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La apoplejía hipofisaria, también conocida como apoplejía hipofisaria, se acompaña de discapacidad visual, oftalmoplejía o ptosis, anisocoria, náuseas y vómitos, alteración del nivel de conciencia, estado mental anormal, meningitis, hemiplejía y fiebre. Aunque la mayoría de los casos son espontáneos, existen muchos factores predisponentes obvios. En cuanto a la incidencia de apoplejía hipofisaria, las fuentes bibliográficas oscilan entre el 0,6% y el 10%. En un grupo de casos de acromegalia, la incidencia de apoplejía hipofisaria fue del 3,5%, de los cuales entre el 75% y el 88% pudieron recuperarse espontáneamente. También se ha informado que esta rara complicación ocurre en 2% a 10% de los adenomas hipofisarios tratados quirúrgicamente. Sin embargo, existen raras excepciones a la fisiopatología de la apoplejía hipofisaria. Por ejemplo, Fukushima [3] recolectó 6 casos de quiste de Rathke complicado por apoplejía hipofisaria y creía que el sangrado provenía de los vasos sanguíneos de irrigación de la vena porta comprimida o del nuevo tejido de granulación de la pared de la cápsula tumoral. Además, la apoplejía hipofisaria debe distinguirse de la extremadamente rara hemorragia intracraneal del craneofaringioma [4].

Los resultados de la apoplejía hipofisaria varían desde la recuperación espontánea hasta la muerte, incluida la remisión espontánea de la enfermedad endocrina, hipopituitarismo, formación de silla turca vacía, fractura del dorso de la silla turca, etc. Los pacientes con adenomas hipofisarios endocrinoactivos tienen mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular pituitario.

1 Causas o factores predisponentes

Aunque la mayoría de los accidentes cerebrovasculares hipofisarios son espontáneos, todavía existen algunos métodos que creen que existen factores contribuyentes.

(1) Factores isquémicos: el adenoma pituitario crece demasiado rápido y se produce necrosis isquémica en el tumor, seguida de sangrado.

(2) Factores vasculares: cuando el adenoma se disemina al área selar, la arteria pituitaria superior se comprime en el diafragma de la silla turca, lo que provoca obstrucción del suministro de sangre, necrosis y sangrado. La tomografía computarizada mostró que el tumor era grande y estaba incrustado en el tabique de la silla turca. La causa del accidente cerebrovascular puede ser la compresión de los vasos sanguíneos que irrigan el tumor, lo que provocó hemorragia y necrosis del tumor.

(3) Otros factores: El tumor invade el seno cavernoso. Debido al soplo y la tos forzados, la presión en el seno cavernoso aumenta, lo que bloquea el retorno venoso en el tumor. La presión arterial en el tumor. también es alto, provocando que se rompa y sangre. b Aumenta la posibilidad de sangrado después de la aplicación de estrógeno; aumenta la posibilidad de sangrado.

Manifestaciones clínicas y diagnóstico

El ictus hipofisario puede ser asintomático, levemente sintomático o de aparición repentina con síntomas graves, lo que supone una crisis clínica. La apoplejía pituitaria típica comienza repentinamente, a menudo ocurre en tumores más grandes y se acompaña de meningitis, oftalmoplejía, etc. El inicio agudo es causado por una hemorragia pituitaria masiva y se manifiesta como dolor de cabeza intenso, irritación meníngea, alteración de la conciencia y síntomas oculares, principalmente ceguera. Los signos relacionados suelen incluir parálisis del nervio oculomotor, epilepsia, hemiplejía, etc. La diabetes insípida suele estar ausente. En pacientes subagudos, la aparición repentina de síntomas oculares y dolor de cabeza pueden sugerir el diagnóstico. Dos casos de adenomas hipofisarios no funcionales en Winer y Plant Road tuvieron un inicio subagudo con síntomas similares a los de la meningitis, seguidos de una resolución posterior de los síntomas. Thompson et al. et al.3 casos de apoplejía hipofisaria sin accidente cerebrovascular: los datos de imagen y la patología del paciente confirmaron la presencia de lesiones vasculares en el adenoma hipofisario y las manifestaciones clínicas fueron oftalmoplejía, pero el campo visual y la agudeza visual se mantuvieron sin cambios.

El examen de rayos X estándar muestra destrucción de la silla turca y la TC muestra hematoma o quiste intrahipofisario. La resonancia magnética se puede utilizar para describir el tamaño de la lesión, el crecimiento en la silla turca, la arquitectura del tejido tumoral, la compresión de las estructuras circundantes y el tiempo de sangrado. Esta técnica de imagen también se puede utilizar para identificar accidentes cerebrovasculares prequiasmáticos raros que requieren resección transcraneal. Chanson [6] señaló que la TC y la RM tienen una clara importancia en el diagnóstico del adenoma hipofisario y la hemorragia o necrosis que lo acompaña: la TC es más útil en los ataques agudos y la RM es muy útil para identificar los componentes sanguíneos en la fase subaguda. Además, en los datos de imágenes médicas, se debe prestar atención a la diferenciación entre apoplejía hipofisaria y meningioma supraselar [7].

3 Tratamiento y pronóstico

Para el tratamiento de la apoplejía hipofisaria, la mayoría de los estudiosos recomiendan la cirugía de emergencia, siendo la cirugía transesfenoidal la más utilizada. Sin embargo, los tumores más grandes que crecen hasta el área selar. debe someterse a una cirugía transcraneal. El tratamiento médico por sí solo puede ser eficaz en los prolactinomas pequeños. El pronóstico depende del tiempo de descompresión después del inicio. La función del nervio óptico del operador a menudo se puede restaurar dentro de los 7 días posteriores al inicio. En todos los casos se debe administrar terapia de reemplazo hormonal.

Verrees [8] creía que la apoplejía hipofisaria es una lesión intraselar que ocupa espacio (generalmente un adenoma hipofisario) que causa un aumento en el contenido intraselar, comprimiendo así estructuras de tejido adyacentes como el nervio óptico y el quiasma óptico e invadiendo el tercer, cuarto y sexto La destrucción o daño de los nervios craneales y la glándula pituitaria anterior puede causar deficiencias hormonales agudas y crónicas en muchos pacientes. Por tanto, el tratamiento conservador sólo es adecuado para un pequeño número de pacientes con síntomas y signos leves, y se limita a meningitis estable u oftalmoplejía. Para pacientes con visión inestable o nervios oculomotores y niveles alterados de conciencia, la descompresión quirúrgica de emergencia, generalmente mediante un abordaje transesfenoidal, puede salvar la vida y la visión del paciente y maximizar la recuperación o el mantenimiento de la función pituitaria.