¿Está bien no comer carne?
El antiguo libro japonés "Los preceptos para la preservación de la salud" dice: "Una vida, cien años es lo mejor". Esto significa que las personas pueden vivir hasta 100 años y las que tienen más de 60 años. son la longevidad. A diferencia del siglo XVIII en el mundo escrito, la duración de la vida humana ha mejorado enormemente en la era actual. Según las últimas estadísticas del Ministerio japonés de Salud y Bienestar (1999), en China hay 11.346 personas mayores de 100 años.
Una de las condiciones de fondo para la longevidad es la alimentación, asegurando especialmente el aporte de proteínas. Las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares suelen ser causadas por la reducción de la resistencia de las paredes de los vasos sanguíneos, y una de las funciones de las proteínas es formar vasos sanguíneos y otros tejidos y órganos. Además, también ayuda a mejorar la función inmune. Sin embargo, en el pasado, se creía generalmente que a medida que las personas envejecían, debían comer más platos ligeros a base de verduras en su dieta. Recientemente, esta idea ha encontrado una oposición cada vez mayor. Ahora que somos personas de mediana edad y ancianos que gozamos de buena salud, debemos evitar el malentendido del bajo contenido de proteínas y consumir cantidades adecuadas de carne para complementar las proteínas.
En cuanto a la relación entre la esperanza de vida y las proteínas (especialmente las proteínas), el Instituto del Envejecimiento de Tokio realizó una encuesta a 100 personas mayores de 100 años. A juzgar por su estructura dietética, entre la ingesta diaria de proteínas, la proporción de proteína animal es del 59,6% para los hombres y del 57,6% para las mujeres, mientras que la media nacional es sólo del 48,7%. Desde una perspectiva, se puede ver que consumir suficiente proteína animal puede aumentar significativamente la probabilidad de longevidad. El "Plan de Defensa Civil de las Personas Mayores de 2001", propuesto por el instituto, aclaró la relación entre la ingesta de proteínas y la capacidad de vida de las personas mayores. Por ejemplo, se realizó una encuesta sobre cómo la dieta afecta el trabajo mental, como el ocio y la escritura, y se hizo un seguimiento durante dos años a 650 personas mayores de 65 años. Los resultados mostraron que la tasa de incidencia de baja capacidad de vida entre las personas que comen regularmente carne, productos lácteos y alimentos grasos es de 0,78, y entre aquellas que están acostumbradas a comer verduras y alimentos grasos. Se puede observar que las personas mayores que comen carne con regularidad tienen una incidencia relativamente baja de atenuación de la actividad cerebral y disminución de la capacidad de vida.
En lo que respecta a la relación entre la frecuencia de consumo de carne y la baja actividad cerebral, la tasa de incidencia de baja actividad cerebral entre las personas que no comen carne en absoluto es de 1,0, y la tasa de incidencia de baja La actividad cerebral entre las personas que comen carne una o dos veces al día es Las tasas de incidencia fueron de 0,56 o 0,55 respectivamente, con una diferencia de casi el doble. Para mantener la capacidad de vida de las personas mayores, la ingesta de proteínas es esencial. Sin embargo, no se pueden subestimar los beneficios de comer carne y es importante tener una dieta equilibrada entre carne y verduras.
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Grasas y vitaminas Algunas vitaminas liposolubles A, D y E deben disolverse en alimentos grasos antes de que el cuerpo pueda absorberlas y utilizarlas. Si no comes carnes grasas, te faltarán estas vitaminas. La falta de vitamina A puede provocar piel seca y áspera. Aumento de escamas, coloración amarillenta del cabello, uñas desiguales, ablandamiento de la córnea y ceguera nocturna. La deficiencia de vitamina E puede afectar el desarrollo normal del sistema reproductivo y provocar atrofia de las glándulas sebáceas y envejecimiento prematuro. La falta de vitamina D puede provocar que los huesos se ablanden, haciéndolos propensos a fracturas.
Grasa e inteligencia: alrededor del 60% de las células humanas son proteínas y alrededor del 30% son grasas, mientras que la grasa en las células cerebrales llega al 60-65%. Esto demuestra que la grasa es una sustancia importante para el trabajo cerebral y que las actividades de pensamiento eficiente requieren el consumo de una gran cantidad de grasa. La investigación científica ha descubierto que las personas que no comen grasas también tienen una inteligencia reducida, lo que demuestra que la grasa sí favorece la capacidad cerebral.
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Algunos expertos señalaron que comer carne roja no solo puede mejorar la inmunidad, sino que una grasa especial contenida en la carne roja también puede ayudar a perder peso.
“Menos carne, más verduras” y “rico en fibra, menos grasas” se han convertido en las pautas de la dieta saludable actual. Muchas personas incluso están dejando de comer carne roja, pero algunos expertos se oponen firmemente a ello. Anteriormente, el profesor Kabida, director general de la Fundación Británica de Nutrición, señaló que no comer carne roja hará que el cuerpo sea más susceptible a las infecciones bacterianas. Además, la carne contiene una variedad de nutrientes necesarios para el cuerpo humano, como el hierro necesario para la sangre, la vitamina D necesaria para los huesos, etc., que son absolutamente indispensables.
Además, científicos estadounidenses y noruegos señalaron recientemente que las carnes rojas, el queso y los productos lácteos contienen una grasa natural llamada ácido linoleico compuesto (CLA), que puede mejorar la proporción entre grasa y músculo y ayudar a ganar peso. control. Además, los resultados de la investigación también muestran que el ácido linoleico compuesto tiene los efectos de prevenir y combatir el cáncer, controlar el asma y la diabetes, mejorar la inmunidad, ralentizar la arteriosclerosis, etc., y es de gran beneficio para el cuerpo humano.