¿Qué debo hacer si el aire acondicionado me golpea en la frente?
Si tu bebé se siente incómodo o incluso empieza a tener fiebre al encender el aire acondicionado, puedes aplicarle hielo. Envuelve los cubitos de hielo en una toalla gruesa y colócalos en la frente, cuello, axilas, etc. de tu bebé. Reemplace cada 10 minutos. Durante este período, siga sintiendo la temperatura corporal de su bebé hasta que baje a la normalidad. Los parches para bajar la fiebre del bebé siempre deben tenerse en casa. Si notas que tu bebé tiene fiebre debido al aire acondicionado, puedes ponérselo para bajarle mejor la fiebre. Durante este periodo, se debe reponer constantemente al bebé con agua para ayudarle a transpirar y prevenir la deshidratación.
Cuando tu bebé entre en una habitación con aire acondicionado, debes añadir o quitar ropa según la temperatura interior para evitar que tu bebé pase demasiado frío o se sobrecaliente. No le quites toda la ropa cuando se vaya a dormir por la noche. Puedes usar un mameluco para evitar que el bebé se resfríe, o puedes cubrirlo con una toalla, especialmente cubriendo el vientre del bebé.
Generalmente, el aire acondicionado del dormitorio se instalará alrededor de la cama. Los adultos no pueden codiciar su propio placer e ignorar al bebé. El aire acondicionado no se puede soplar directamente sobre el bebé. Intente dejar que el aire acondicionado sople o ajuste la temperatura más alta. La temperatura no debe ser inferior a 27 grados, ya que la resistencia del cuerpo del bebé es relativamente baja. Si el aire acondicionado sopla directamente sobre el bebé, es fácil que desarrolle síntomas de resfriado.
No dejes que tu bebé permanezca mucho tiempo en una habitación con aire acondicionado. Lo mejor es recibir una cierta cantidad de sol todos los días para mejorar la resistencia del cuerpo de su bebé. Además, la habitación debe ventilarse periódicamente y, si es necesario, desinfectarse con medicamentos. Si el aire acondicionado no se limpia durante mucho tiempo, fácilmente acumulará polvo y se esparcirá en el aire. Los bebés pueden inhalar fácilmente estas bacterias y polvo en un entorno así, provocando alergias respiratorias. Por tanto, lo mejor es cambiar el filtro cada medio mes para garantizar que el aire interior esté limpio.