Teddy, de cuatro meses, solía tener mucha caspa y siempre se rascaba. El médico dijo que era sarna.
Los ácaros de la sarna canina se contraen por contacto directo. Los síntomas generales en los perros son pérdida de pelo, piel engrosada, manchas rojas, pequeñas costras y escamas y picazón extrema, lo que provoca que el perro se rasque y una infección bacteriana secundaria. Los ácaros de la sarna a menudo parasitan los oídos externos y, en casos graves, afectan las articulaciones temporomandibulares y del corvejón. Clínicamente, existen muchas lesiones comunes en la parte inferior del abdomen.
El tratamiento de los ácaros de la sarna consiste principalmente en una inyección subcutánea para eliminar el daño. Además, los baños que contienen ivermectina son una terapia complementaria eficaz para los perros. Pulverizar mirex en el ambiente es más efectivo.