Las madres que amamantan no pueden comer helados ni helados.
Función gastrointestinal débil
La función gastrointestinal de las madres lactantes es débil. Comer demasiados alimentos fríos puede provocar fácilmente una contracción repentina de los vasos sanguíneos gastrointestinales, una reducción de la secreción de jugo gástrico, una disminución de la función digestiva y síntomas como dolor abdominal y diarrea.
Congestión de las mucosas respiratorias
Las mucosas respiratorias de las madres lactantes como la nariz, faringe, tráquea, etc. suelen estar congestionadas y acompañadas de edema. Si comen demasiado helado y otras bebidas frías, los vasos sanguíneos congestionados se contraerán repentinamente, la sangre disminuirá y la resistencia local disminuirá, permitiendo que las bacterias y virus que acechan en la garganta, la tráquea, la cavidad nasal y la boca se apoderen de ellos. la oportunidad de causar ronquera, tos y dolores de cabeza. En casos graves, puede provocar una infección del tracto respiratorio superior o inducir amigdalitis.
Efectos en la salud del bebé
Las madres lactantes no deben ingerir demasiado helado y bebidas frías, porque afectará al bebé a través de la leche. Los bebés con inmunidad débil tienen dificultades para adaptarse a los cambios en la leche y son propensos a sufrir diarrea. Especialmente cuando el bebé tiene diarrea o problemas del tracto gastrointestinal, las madres no deben tomar bebidas frías ni comer helado.