Mabao hay que verlo|Los niños excelentes siempre van acompañados así.
Los buenos hábitos permanecen contigo.
El momento crítico para que los niños desarrollen buenos hábitos es antes de los 10 años. Es muy malo depender únicamente de la supervisión y la supervisión durante este período.
Esto requiere que ayudemos a nuestros hijos a desarrollar buenos hábitos, no sólo a “hablar”, sino también a participar y acompañarlos a persistir.
Acompaña con tu corazón, entrena pacientemente tus hábitos de estudio, fomenta tus hábitos de vida de manera oportuna y predica con el ejemplo.
Los padres sabios progresan con sus hijos. Si quieren que a sus hijos les guste la lectura, deberían leer más. Quiero que mis hijos hagan más ejercicio y no se queden en casa; si quieres que tus hijos sean autodisciplinados, deja el teléfono...
La felicidad vendrá después.
Los niños con un fuerte sentido de felicidad tienen más probabilidades de triunfar que sus compañeros cuando crecen. Esto es inseparable de la estrecha compañía de sus padres cuando eran pequeños.
Para los niños lo más preciado no son los juguetes que compran en el centro comercial, sino los viajes que hacemos juntos los fines de semana.
Los niños que no han estado acompañados por sus padres durante mucho tiempo son extremadamente inseguros e infelices, como los niños abandonados.
Para los niños, la felicidad puede ser solo los cinco minutos antes de que los acompañemos a la cama, pero son estos cinco minutos de felicidad aparentemente insignificantes los que afectarán sus vidas.
La relación entre padres e hijos va de la mano.
No hay relación en el mundo que pueda permanecer estrecha sin gestión y mantenimiento. Las personas que no acompañan a sus hijos se convertirán en extraños.
Tu relación con tus hijos es más importante que lo que les puedas dar. La relación entre padres e hijos también requiere compañía diaria.
Cuando los niños son pequeños, cada vez tendrán menos oportunidades de acompañarles cuando crezcan.
La relación entre padres e hijos no requiere compañía a largo plazo y su tiempo no está ocupado. Cuando regrese a casa y se relaje, podrá ver videos y hablar con sus hijos, y sus hijos quedarán satisfechos.
Los niños necesitan este tipo de compañía.
El primer tipo: acompañar con el corazón.
Acompaña a tus hijos con tu corazón, no con tus fuerzas. Preste mucha atención, escuche atentamente y ayude atentamente. Sólo prestando mucha atención podemos ayudar a los niños a descubrir y resolver problemas.
Segundo tipo: Compañía respetuosa
No golpees a tus hijos, no los culpes ciegamente, no seas arrogante. Cuanto más grande sea tu hijo, más respeto y confianza debes brindarle. El verdadero compañerismo es ser amigo de tus hijos. Todos debemos mantener un perfil bajo, respetarnos y tolerarnos unos a otros.
El tercer tipo: compañía paciente.
Al comunicarse con los niños, preste atención a las palabras y la actitud, explíqueles los motivos, reduzca el enojo y etiquete a los niños. Hay algunas cosas que todos sabemos, pero es posible que los niños no entiendan, por eso debemos tener más paciencia.
El cuarto tipo: compañerismo pacífico.
No todos los niños pueden obtener 100 puntos en el examen, y los que a menudo lo aprueban no son los que obtienen mejores puntuaciones. Necesitamos ayudar a los niños a entenderse correctamente a sí mismos y a encontrar el camino de crecimiento que mejor se adapte a ellos.