Consejos para la limpieza del bebé

Antes de bañar al bebé, la madre debe lavarse las manos. Antes de los 6 meses de edad, los bebés deben lavarse los ojos, los oídos y la cara con agua hervida tibia o fría. Cuando se limpie la nariz o los oídos, limpie sólo lo que pueda ver. Limpie la mucosidad o el cerumen visibles. No intente limpiar el interior. Si limpias el interior de tus oídos o de tu nariz, es posible que estés enviando suciedad al interior.

Lavaojos

La madre sujeta la cabeza del bebé con la mano izquierda para evitar que gire a izquierda y derecha; recoge la toalla empapada con la mano derecha y la escurre para secarla. Lávese los ojos de adentro hacia afuera, comenzando por el exterior de la nariz y el interior de los ojos, porque el conducto lagrimal está ubicado en la esquina interna del ojo, lo que puede evitar que entre suciedad en el conducto lagrimal. Después de lavarse un ojo, cámbielo por una toalla limpia y húmeda y limpie el otro ojo de la misma manera.

Lávate las orejas

Lava la parte exterior y posterior de las orejas de tu bebé con una toalla húmeda, luego sécalas con una toalla seca. Tenga cuidado de no dejar que gotee agua en el canal auditivo externo al limpiar. No retire el cerumen para prevenir infecciones.

Lávate la nariz

Puedes utilizar un hisopo de algodón esterilizado humedecido en agua tibia para limpiar la mucosidad bloqueada en la cavidad nasal, lo que ayudará a facilitar la respiración.

Limpia la cara

Finalmente, limpia la frente, las mejillas, la boca, la nariz y la mandíbula del bebé con una toalla limpia y húmeda, y luego limpia la parte delantera y trasera del cuello.