La temperatura a la que los bebés comen leche en polvo.
En segundo lugar, la mucosa bucal de los recién nacidos es muy frágil. Si la temperatura de preparación de la leche es demasiado alta, puede dañar fácilmente la membrana mucosa del bebé y afectar su apetito. Sin embargo, la baja temperatura de la leche afectará la peristalsis de los intestinos, provocando indigestión y diarrea en el bebé, por lo que se debe controlar la temperatura del agua a la hora de elaborar leche en polvo para el bebé.
Finalmente, algunos padres tienen muchos malentendidos en la crianza de los hijos. Creen que la leche en polvo debe prepararse con agua hirviendo y luego enfriarse a una temperatura determinada para que la consuma el bebé. En realidad esto está mal. Si la temperatura del agua es demasiado alta, destruirá algunos nutrientes de la leche en polvo, especialmente las proteínas, que se desnaturalizan fácilmente con las altas temperaturas. Algunas vitaminas de la leche en polvo también se verán afectadas, reduciendo su contenido nutricional.