Cómo hacer papilla de sangre para bebés
Los niños necesitan reponer sangre debido a la anemia.
La anemia nutricional se refiere a la falta de nutrientes necesarios para la hematopoyesis, como hierro, ácido fólico, vitamina D, etc., lo que resulta en una insuficiencia formación de hemoglobina o glóbulos rojos. Esto conduce a enfermedades de función hematopoyética baja. Es más común en bebés de entre 6 meses y 2 años.
La medicina moderna divide esta enfermedad en dos tipos: anemia microcítica y anemia macrocítica.
Anemia en niños
La anemia nutricional se refiere a la falta de nutrientes necesarios para la hematopoyesis, como hierro, ácido fólico, vitamina D, etc., dando como resultado una formación insuficiente de hemoglobina o rojo. células sanguíneas, lo que resulta en la función hematopoyética Enfermedad de la humildad. Es más común en bebés de entre 6 meses y 2 años.
La medicina moderna divide esta enfermedad en dos tipos: anemia microcítica y anemia macrocítica.
La primera también se llama anemia por deficiencia de hierro y es más común en bebés y niños pequeños de entre 6 meses y 1 año. La razón principal es que los bebés crecen y se desarrollan rápidamente y necesitan mucho hierro. Sin embargo, el contenido de hierro de la leche materna y de la leche de vaca es demasiado bajo para satisfacer las necesidades de crecimiento de los lactantes. Si no se agregan a tiempo alimentos complementarios que contienen hierro en este momento, se producirá anemia por deficiencia de hierro.
Esta última también se denomina anemia megaloblástica [1], y se presenta mayoritariamente en niños menores de 2 años. Se debe principalmente a una insuficiencia de vitamina D2 y ácido fólico en la dieta de los niños, o a una síntesis insuficiente por parte de las bacterias intestinales, que maduran los glóbulos rojos.
La aparición de la enfermedad es relativamente lenta y los síntomas leves incluyen piel y mucosas pálidas o amarillentas, especialmente boca, encías, párpados y uñas. La anemia grave puede incluir mareos, debilidad general, irritabilidad, pérdida de apetito, etc. Los niños suelen sufrir desnutrición. Algunos también comen terrones de tierra, cenizas, barro de las paredes, etc. La anemia durante demasiado tiempo puede provocar trastornos del crecimiento y el desarrollo.