¿Sabías que existen tres épocas doradas para que los niños corrijan sus dientes?
La edad de oro de la ortodoncia infantil
El crecimiento y desarrollo del área maxilofacial de los niños puede alcanzar más del 90% a la edad de 12 años. El período de reemplazo de la dentición antes de los 12 años es también el momento del desarrollo facial. La ortodoncia para niños puede mejorar los dientes desalineados y los problemas de salud bucal, y ayudar a crear un rostro hermoso y bien proporcionado.
Primera época dorada de la ortodoncia infantil;
Periodo de defoliación
(3-5 años)
En esta etapa, Los primeros dientes de leche guían el crecimiento de los dientes permanentes. Si se descubre que los dientes de leche se desarrollan anormalmente o tienen tendencia a obstaculizar el crecimiento de los dientes permanentes, es necesario corregir los dientes del niño a tiempo.
La segunda época dorada de la ortodoncia infantil;
Período de reposición de dientes
(7 años a 10 años)
Esta etapa Es el período prepuberal y máximo de crecimiento y desarrollo de los niños. Si hay maloclusiones funcionales o esqueléticas, la ortodoncia ETA infantil en esta etapa puede aprovechar al máximo el potencial de crecimiento de los maxilares para lograr el propósito del tratamiento de ortodoncia infantil promoviendo o inhibiendo el crecimiento de los maxilares, lo que es más propicio para mejorar la Rostros de niños. Forma y función.
La tercera época dorada de la ortodoncia infantil;
Dientes permanentes tempranos
(10 -13)
En esta etapa, la mayoría de Los dientes permanentes del niño han hecho erupción, el desarrollo del arco dental está básicamente completado y los dientes irregulares están básicamente finalizados. Sin embargo, las encías todavía se encuentran en un estado de crecimiento vigoroso y el desarrollo maxilofacial aún se encuentra en una etapa de rápido crecimiento y desarrollo. Incluso si hay problemas de dentición, todavía están en su infancia. La ortodoncia infantil requiere en gran medida aprovechar el potencial de crecimiento y desarrollo de la región maxilofacial para lograr niveles óptimos de movimiento dental y reconstrucción ósea alveolar. Por lo tanto, esta etapa no sólo favorece el movimiento de los dientes, sino que también se pueden mejorar algunos problemas menores del desarrollo de la mandíbula.