Cómo elegir la lámpara de escritorio infantil con protección ocular
Amarillo claro
La lámpara de escritorio que elijas no debe ser demasiado brillante, ni tampoco debes elegir una lámpara de escritorio de color blanco puro, porque una luz demasiado brillante irritará los ojos del niño y afectará la visión. Debes elegir una lámpara de escritorio de color amarillo claro en lugar de comprar una lámpara de escritorio azul y blanca.
Sin parpadeo
“Sin parpadeo” es la condición más básica para elegir lámparas fluorescentes de protección ocular. Las luces intermitentes frecuentes inevitablemente irritarán los ojos de los niños, causarán fatiga visual y definitivamente afectarán la visión de los niños durante mucho tiempo.
Buena reproducción cromática
La reproducción cromática es un requisito importante a la hora de elegir una lámpara de escritorio con protección ocular. Si la reproducción cromática de la luz es deficiente, será difícil que el objeto iluminado recupere su color original. La forma más sencilla de comprobar la reproducción cromática es utilizar el color rojo sangre de la palma de la mano para comprobar la reproducción cromática de la lámpara. Bajo la luz, el color rojo sangre de la palma es brillante. Si no hay color sangre, la reproducción del color no es buena. También se pueden utilizar imágenes en color para comparar.
Potencia media
En términos generales, la potencia de las lámparas fluorescentes está entre 9W ~ 9W ~ 18W, lo que puede cumplir con los requisitos de iluminación del escritorio para lectura y escritura. La potencia de iluminación también debe coincidir con el brillo del entorno, y el brillo de la iluminación y el entorno no pueden ser muy diferentes. Cuando el brillo ambiental es bajo, puede utilizar la lámpara fluorescente de protección ocular de 9 W. Cuando la luminosidad ambiental es alta, basta con utilizar una lámpara fluorescente de protección ocular de 18W.
Ajuste la posición del portalámparas
Cuando utilice una lámpara de escritorio, asegúrese de ajustar el cabezal de la lámpara para que quede ligeramente más alto que los ojos del niño, o deje que la luz brille desde de lado para evitar el reflejo directo de la luz desde la mesa, provocando fuertes irritaciones o incluso daños en los ojos.