Los efectos del rojo seco y del rojo dulce
El vino tinto seco y el vino tinto dulce tienen efectos diferentes en el organismo. El vino tinto seco es rico en compuestos polifenólicos, como ácidos fenólicos, flavonoides, antocianinas, etc., que tienen efectos antioxidantes, antiinflamatorios, antitrombóticos, reguladores del azúcar en sangre y de la presión arterial. El consumo moderado de vino tinto seco puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y otras enfermedades.
En comparación con el vino tinto seco, el vino tinto dulce tiene un mayor contenido de azúcar y un mayor valor nutricional. Puede mejorar la resistencia del cuerpo, mejorar la inmunidad y mejorar la función del sistema digestivo. Las investigaciones muestran que los azúcares naturales y los ácidos de frutas del vino tinto dulce pueden ayudar a aliviar síntomas como la indigestión y la acidez de estómago, reducir el estrés laboral y promover el sueño.
Ya sea vino tinto seco o vino tinto dulce, es necesario beberlo con moderación para que ejerza sus efectos. El consumo excesivo de vino puede aumentar los lípidos en sangre, aumentar la carga sobre el hígado y provocar obesidad y otros problemas. Para los adultos sanos, una cantidad más apropiada de alcohol es no más de una bebida al día para las mujeres y no más de dos bebidas al día para los hombres.