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Los cuatro tesoros de la longevidad de Zhuangzi: menos egoísmo, menos deseo, meditación y desapego.

Zhuangzi fue una figura representativa del taoísmo durante el Período de los Reinos Combatientes, un famoso filósofo, pensador y escritor. En la era anterior a Qin, cuando el promedio de vida era de solo 30 años, en realidad vivía hasta los 83 años, lo que ya era un hombre muy anciano en ese momento.

Zhuangzi era filosófico, contento consigo mismo y bueno manteniendo la salud. Su método para mantener la salud se refleja principalmente en cuatro aspectos: menos ganas, menos ganas, meditación y desapego.

Retrato de Zhuang Zhou Soñando con una mariposa

Zhuang Zi creía que el egoísmo es la raíz de todos los males y la fuente de todas las enfermedades. Si una persona está plagada de egoísmo, inevitablemente se preocupará por todo, se preocupará por las ganancias y las pérdidas, y se preocupará día y noche. Esto conducirá inevitablemente a pérdidas y enfermedades causadas por el exceso de trabajo. Sólo las personas con grandes ambiciones y dedicación desinteresada pueden ser de mentalidad amplia, contentas, felices, saludables y longevas.

Zhuangzi cree que la lujuria no se puede detener, pero tampoco se puede complacer. La indulgencia seguramente "causará problemas". Si una persona tiene poca lujuria, no intimidará a hombres y mujeres; si es materialista, no se suicidará; si quiere varios funcionarios, no especulará; Sólo conociendo el propio honor, guardando la propia vergüenza, viviendo en paz y persiguiendo las propias aspiraciones se puede estar sano tanto física como mentalmente.

Estatua de piedra de Zhuangzi

Meditación Zhuangzi creía que si una persona está inquieta e inquieta todo el día, está enferma. Sólo cuando esté tranquilo, "con la mente vacía, tranquilo y firme" y tenga un fuerte autocontrol, podrá sentirse menos perturbado por el mundo exterior y mantener una mente tranquila y un cuerpo sano.

El distante Zhuangzi veía la vida con una actitud muy distante, dejando que todo siguiera su curso. Vivió una vida dura y a veces tuvo que pedir prestado arroz a otros para llegar a fin de mes. Él era indiferente a estos.