Después de que un niño se quema accidentalmente, ¿cómo afrontarlo sin dejar cicatrices?
Las quemaduras de bebés son uno de los accidentes más difíciles de afrontar. Los niños no son sensatos ni animados, lo que fácilmente puede provocar quemaduras. Las quemaduras suelen ser dolorosas y pueden provocar fácilmente una infección, que en casos graves puede poner en peligro la vida del niño. Además, las quemaduras pueden dejar fácilmente grandes áreas de cicatrices, que no solo afectarán las funciones fisiológicas, sino que también afectarán el rostro, aportando una gran sombra psicológica al niño. Sus pequeños pies siempre están dando patadas tratando de alcanzar el objeto más cercano. De un lado a otro, su pie enganchó la tetera y, antes de que pudiera retirar el pie, el agua caliente recién hervida fluyó hasta sus tobillos.
Si tu bebé se quema y la piel está intacta, aclara la zona quemada con agua fría lo antes posible. Si el área de la quemadura es grande y grave, puede remojarla en agua fría y lavarla durante 15 a 20 minutos. El propósito del baño es enfriar la superficie y las capas internas de la piel y reducir el grado de quemaduras. Las quemaduras más comunes son las provocadas por el agua hirviendo.
Cuando la piel humana entra en contacto con agua a alta temperatura, también puede provocar quemaduras instantáneas en la piel debido a la evaporación del agua. Y como el calor específico del agua es relativamente alto, la temperatura no baja fácilmente durante un tiempo. Por lo tanto, es necesario enfriar rápidamente en este momento para reducir el daño. La mejor forma de refrescarse es enjuagar la herida con agua fría.