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¿Realmente no puedo jugar baloncesto si tengo una enfermedad hepática?

Hola, no, jugar baloncesto es muy agotador. Siempre que la función hepática sea normal o cercana a la normalidad, y después de un período de observación, sea relativamente estable y los síntomas no sean evidentes, se puede realizar ejercicio físico. El ejercicio físico puede ayudar a aliviar los síntomas neurológicos comunes en personas con hepatitis crónica, como nerviosismo, insomnio o depresión. También ayuda a activar la sangre en el abdomen, reduce la congestión del hígado, estimula el apetito y mejora la digestión y la absorción. Los masajes, el Tai Chi y otros ejercicios son las mejores formas de hacer ejercicio.

No haga ejercicio durante demasiado tiempo seguido, no enfatice la cantidad de ejercicio y finalice el ejercicio antes de que se produzca la fatiga, porque los pacientes con hepatitis tienen poca resistencia y son propensos a la hipoglucemia y la fatiga. El tiempo diario de ejercicio físico (excluido el qigong y el tiempo de caminata) no debe exceder la media hora y puede realizarse una vez por la mañana y por la tarde. Al mismo tiempo, debemos prestar atención a comenzar con una cantidad pequeña, avanzar paso a paso y aumentar gradualmente la cantidad de actividad en función de una adaptación gradual. No haga ejercicio después de las comidas o cuando tenga hambre.

Una vez curada la hepatitis, si no hay síntomas, la función hepática es normal y el paciente puede adaptarse a las actividades diarias, puede retomar gradualmente la cantidad original de ejercicio según la fuerza física. Si durante el examen físico se encuentra que el hígado está grande, pero no hay manifestaciones clínicas u otros síntomas de hepatitis, se debe suspender el ejercicio extenuante dentro de un mes y solo se deben realizar ejercicios más ligeros, como ejercicios de radio, bádminton y Tai. Chi. y observe de cerca su estado de salud y sus reacciones post-ejercicio. Después de un mes de observación y revisión, si todo es normal y el tamaño del hígado vuelve al rango normal, puedes aumentar ligeramente la cantidad de ejercicio. Si no puedes adaptarte ni siquiera a una pequeña cantidad de ejercicio, sufres dolor en la zona del hígado y eres propenso a la fatiga, debes reducir la cantidad de ejercicio o incluso suspender el ejercicio físico para aclarar aún más el diagnóstico.

¡Te deseo una pronta recuperación!