Es saludable hablar menos.
Habla menos. A medida que envejecemos, las funciones de la cavidad bucal y del sistema respiratorio se debilitan gradualmente, y hablar en exceso aumentará la carga sobre el corazón y los pulmones. Al mismo tiempo, hablar menos puede permitir que el cerebro descanse y evitar el deterioro funcional causado por el uso excesivo. Además, hablar menos también puede reducir las disputas entre las personas y hacer la vida más pacífica y armoniosa en la vejez.
Preocupate menos. En la vejez, muchas personas tienden a arrepentirse del pasado y preocuparse por el futuro. Sin embargo, preocuparse demasiado puede provocar fácilmente depresión y afectar la salud física y mental. Sólo aprendiendo a dejar atrás el pasado y el futuro, valorando el presente y disfrutando de la vida podremos vivir una vejez feliz.
El mal humor, el metabolismo se ralentiza con la edad y los cambios de humor tienen más probabilidades de provocar diversas enfermedades. Mantener una buena actitud y perder menos los estribos son beneficiosos para la salud física y mental. Al mismo tiempo, perder los estribos con menor frecuencia también puede mejorar las relaciones interpersonales y hacer la vida más armoniosa en el futuro.
En resumen, las nueve palabras que la gente aprende en sus últimos años (hablar menos, preocuparse menos, perder menos los estribos) son en realidad una especie de ajuste de mentalidad. El cuidado de las personas mayores no se trata sólo de la salud física, sino también de nutrir el alma. Siga estas nueve palabras de experiencia que preserva la salud para mejorar su vida en sus últimos años.
Los beneficios de que los mayores se enfaden menos.
1. Salud física: La ira puede causar trastornos endocrinos en el cuerpo, haciendo que el cuerpo produzca demasiadas hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol. Estas hormonas tienen efectos adversos en el organismo, como acelerar el envejecimiento, dañar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Estar menos enojado ayuda a mantener un ambiente interno estable y reduce el riesgo de enfermedad.
2. Equilibrio psicológico: Estar menos enfadado ayuda a mantener el equilibrio psicológico y evitar problemas provocados por los cambios de humor. La ira puede hacer que las personas tengan una mentalidad estrecha y sean propensas a tomar decisiones impulsivas. Estar menos enojado puede aclarar tu mente y podrás analizar y encontrar soluciones con más calma al enfrentar los problemas.
3. Armonía interpersonal: La ira suele provocar tensión o incluso ruptura en las relaciones interpersonales. Estar menos enojado puede hacer que la comunicación sea más armoniosa y potenciar la amistad y el afecto familiar. Una persona afable tiene más probabilidades de ganarse el respeto y la confianza de los demás.