Causas y orientación para niños con retraso mental
Infección e intoxicación
Se ha establecido que la infección materna por enfermedades virales como la rubéola y la gripe durante el período fetal, especialmente en los primeros tres meses de embarazo, puede provocar a malformaciones congénitas y retraso mental. La infección del líquido amniótico periparto, la encefalitis infantil, la meningitis, las enfermedades de transmisión sexual y otras infecciones graves, la toxemia grave durante el embarazo y los efectos tóxicos del plomo, el mercurio, las sustancias químicas y los medicamentos en las mujeres embarazadas pueden afectar la función cerebral y provocar baja energía.
Traumatismos y factores físicos
La exposición a la radiación (diagnóstico o tratamiento), la distocia, el traumatismo del nacimiento, la asfixia fetal y la hipoxia son los daños más graves a las células cerebrales, y la incidencia de baja la energía es bastante alta.
Trastornos metabólicos y nutricionales
Varios trastornos metabólicos, incluidos los trastornos endocrinos, pueden provocar falta de energía, la mayoría de los cuales están relacionados con enfermedades genéticas congénitas (obviamente relacionadas con defectos enzimáticos congénitos). Los trastornos nutricionales incluyen una ingesta insuficiente o una malabsorción provocada por diversos motivos.
Enfermedades cerebrales
Incluyendo tumores cerebrales, esclerosis múltiple, ataxia hereditaria y retraso mental causado por diversas enfermedades neurodegenerativas.
Factores o enfermedades prenatales inexplicables
Por ejemplo, malformaciones cerebrales congénitas.
Anomalías cromosómicas
Incluidas las aberraciones de los cromosomas sexuales y las aberraciones autosómicas, estas últimas conducen a defectos mentales más graves que las primeras.
Sugerencias de tratamiento
Se recomienda que todos acudan a un hospital habitual y utilicen métodos científicos para el tratamiento, que protegerán mejor la salud del niño.