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¿Qué debo hacer si mi hijo tiene fiebre y convulsiones?

Muchos padres no conocen la fiebre y las convulsiones de sus hijos, pero este es un síntoma que muchos niños tendrán antes de tener fiebre alta. Los padres no deben entrar en pánico después de su aparición y deben saber cuál es el tratamiento. La siguiente es una introducción detallada sobre qué hacer si su hijo tiene fiebre y convulsiones. Es necesario comprender estos métodos.

Las convulsiones febriles en niños también se denominan "convulsiones febriles" y "convulsiones repentinas". Rara vez ocurren en niños menores de 6 meses y el primer ataque suele ocurrir dentro de los 3 años. El motivo se debe a una infección por microorganismos patógenos como virus, bacterias, micoplasmas y hongos, o reacciones alérgicas, trastornos del metabolismo endocrino y trastornos de la regulación de la temperatura. Normalmente, los niños son propensos a sufrir convulsiones cuando la fiebre alcanza los 39 grados Celsius o más, pero algunos niños también tienen convulsiones cuando la fiebre alcanza los 38 grados Celsius.

1. Mantén la calma.

Los padres deben intentar mantener la calma, reducir la estimulación física a sus hijos y recordar no gritar. Lo correcto es dejar que el niño se recueste con la cabeza hacia un lado y luego ayudarlo a aflojarse el cuello. El objetivo es mantener abiertas las vías respiratorias del niño y evitar que la saliva oral y el vómito refluyan hacia la tráquea, lo que puede provocar asfixia o neumonía por aspiración.

2. Pulsa cualquier tecla.

En este momento, también debes usar el pulgar para presionar el punto de acupuntura en el medio del niño que convulsiona. A veces es posible que pueda dejar de tener convulsiones temporalmente, pero es necesario cooperar con el enfriamiento físico y el enfriamiento con medicamentos. Ésta es la única manera de prevenir otra convulsión.

3. Mójate la cabeza con una toalla fría o ponte una bolsa de hielo en la cabeza.

Después de que el niño se despierta, se recomienda utilizar métodos de enfriamiento físico, como un baño de agua tibia (temperatura del agua de 30 a 40 grados Celsius) o un baño de alcohol para bajar la temperatura corporal. El propósito de esto es prevenir una nueva lesión por espasticidad. Si vuelve a ocurrir y la temperatura supera los 39 grados centígrados, se recomienda no demorarse y buscar tratamiento médico a tiempo.

Lo anterior le presenta principalmente en detalle qué hacer cuando un niño tiene fiebre y convulsiones. Por supuesto, los padres no deben entrar en pánico demasiado cuando sus hijos tienen fiebre y convulsiones. Asegúrese de refrescarse y cuidar el cuerpo en este momento. Sólo cuando la temperatura baja, los espasmos disminuirán. Para evitar nuevamente las convulsiones, es necesario buscar un examen y tratamiento médico a tiempo.