¿Comer ajo con frecuencia daña o nutre el hígado?
1. El ajo puede regular la función inmune. Las sustancias liposolubles del ajo pueden promover la actividad de las células inmunitarias y aumentar la cantidad de fagocitos en el cuerpo. Se informa que el ajo puede estimular la actividad de los linfocitos T y los macrófagos, produciendo así más citoquinas para matar microorganismos dañinos.
2. El ajo puede favorecer el metabolismo. Los compuestos del ajo pueden mejorar la absorción y utilización de nutrientes, mantener las funciones fisiológicas del cuerpo en funcionamiento normal y garantizar un mejor suministro de energía.
3. Regular el metabolismo anormal de los lípidos en sangre. El extracto de ajo puede reducir el colesterol total, los triglicéridos y el colesterol libre en plasma, reducir la proporción de lipoproteínas de muy baja densidad con respecto al colesterol total, aumentar la proporción de lipoproteínas de alta densidad con respecto al colesterol total y también reducir el colesterol total del hígado. Por ejemplo, comer dos dientes de ajo crudo todos los días es muy beneficioso para regular los lípidos en sangre del cuerpo humano.
4. La alicina tiene un efecto protector sobre los vasos sanguíneos. La aterosclerosis en el cuerpo humano, especialmente el daño a la aorta, las arterias coronarias y las arterias renales, es un factor importante que amenaza la calidad de vida humana y puede provocar "infarto de miocardio", accidentes cerebrovasculares y disminución de la función renal. Un factor importante que causa la aterosclerosis está relacionado con el metabolismo anormal de los lípidos en la sangre, y los ingredientes activos como la alicina no solo pueden reducir el exceso de "colesterol malo", sino también reducir los niveles de viscosidad de la sangre, aliviando o retrasando la aparición y el desarrollo de la aterosclerosis.
5. El ajo tiene efectos antitrombóticos. El ajo no sólo puede inhibir indirectamente la agregación plaquetaria anormal, sino también disolver los coágulos de sangre, lo que puede prevenir y reducir la aparición de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares hasta cierto punto. Se informa que el efecto antitrombótico del ajo no es inferior al de la aspirina.
Nota: Las personas con enfermedades hepáticas no deben comerlo: Mucha gente piensa que el ajo puede resistir bacterias y virus, por lo que comer ajo puede prevenir la hepatitis. Algunas personas incluso comen ajo todos los días después de sufrir hepatitis. Esta práctica es extremadamente perjudicial para los pacientes con hepatitis porque el ajo no tiene ningún efecto sobre el virus de la hepatitis. Por el contrario, algunos componentes del ajo tienen un efecto estimulante sobre el tracto gastrointestinal, inhiben la secreción de jugos digestivos intestinales, afectan la digestión de los alimentos y agravan muchos síntomas como las náuseas en pacientes con hepatitis. Además, los componentes volátiles del ajo pueden reducir los glóbulos rojos y la hemoglobina en la sangre y pueden causar anemia, lo que no favorece el tratamiento de la hepatitis.