¿Qué nos dice el amor silencioso?

Puede que el amor no necesite miles de palabras para expresarse, o puede que se revele con sólo un pequeño gesto. Hubo viento y lluvia, pero no hubo noticias. Para un perro que lleva más de diez años con su dueño, la lealtad y el amor se quedan sin palabras.

Cuando el protagonista era joven, sus piernas quedaron paralizadas por algún motivo. Postrado en cama durante décadas y su madre murió a causa de una enfermedad, este anciano que había pasado por las vicisitudes de la vida luchó contra su destino durante toda su vida, pero en ese momento ya no tenía esperanzas de vivir. Sin embargo, sus ojos sombríos recuperaron un rayo de luz debido a la aparición de un labrador retriever.

Dije que no me gustaba y le puse al cachorro el nombre de "Hall". Pero no en mi corazón. El idiota no puede hablar, pero comprende la naturaleza humana y comprende todo lo que dice. Está dispuesto a trabajar como conductor de rickshaw para cumplir su sueño, tirando de su carrito y recorriendo cientos de kilómetros hacia la ciudad todos los días para montar un puesto. Este amigo no podía hablar, pero había lealtad y amor en sus ojos llorosos.

Después de más de diez años de permanecer juntos en las buenas y en las malas, el perro es como un niño mayor, dispuesto a correr por él y soportar las dificultades por él. Tanto es así que lo obligaron a ser vendido a una ciudad a miles de kilómetros de distancia, y estaba dispuesto a vagar y encontrarse a miles de kilómetros de distancia. ¿Por qué? ¡Porque el perro ha comprendido la naturaleza humana y ama a su dueño! Sabía que su amo lo necesitaba. El anciano a lo lejos siempre estaba calvo por eso, y el perro en el otro extremo también deambulaba por eso.

Estaba tan asustado, ¿cómo podría compararse con reunirme con mi maestro? Hall estaba viejo y cansado, pero no quería parar. Cuando finalmente apareció frente a su maestro, todavía estaba tan feliz como un niño, tirado en el suelo jadeando. En ese momento, no hubo más palabras. Pero está dispuesto a sufrir toda la vida, tirar de un carro toda la vida y debe proteger a su amo toda la vida. Rompí a llorar mientras abrazaba la camioneta de segunda mano que llevaba diez años tirando. "Me has retenido toda mi vida, pero esta vez... te estoy reteniendo a ti..."

El amor de un perro por su dueño no es más que esto. No necesita palabras, pero lo demuestra con su propia vida: el amor silencioso.