¿Cuáles son los conservantes alimentarios más comunes?
Existen 25 tipos de conservantes estipulados en nuestro país, entre ellos el ácido benzoico, el benzoato de sodio, el ácido sórbico, el sorbato de potasio y el propionato de calcio.
Los conservantes alimentarios tienen un efecto inhibidor sostenido sobre el crecimiento de microorganismos cuyos sustratos metabólicos son sustancias putrefactas.
Lo importante es que puede inhibir los más propensos al deterioro en diferentes circunstancias, especialmente cuando el efecto de esterilización general es insuficiente, y aún así tiene un efecto sostenido. Para la conservación de fibras y madera se utilizan aceite mineral, alquitrán de hulla y tanino. Para las muestras biológicas se utilizan formaldehído, cloruro de mercurio, tolueno, parahidroxibenzoato de butilo, derivados de nitrofurfurilhidrazona o resinas balsámicas. El uso de conservantes en los alimentos está restringido, por lo que se confía principalmente en métodos físicos como el secado y el encurtido.
Los conservantes especiales incluyen ácidos orgánicos como el ácido acético, aceites vegetales que contienen ácido oleico y aceites esenciales especiales como el de semillas de mostaza. Para partes del organismo (como la superficie del cuerpo humano o el tracto digestivo), se pueden utilizar diversos conservantes (como yodoformo, salicilato de fenilo, colorantes de anilina o pigmentos de acridina, etc.) según las condiciones específicas.