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Gnódulos linfáticos inflamados: un fenómeno fisiológico normal en los niños

¿La inflamación ha disminuido pero los ganglios linfáticos todavía están inflamados? No te preocupes, esto es normal. Los ganglios linfáticos pueden tardar días, meses o incluso más de un año en resolverse por completo. Este artículo le presentará conocimientos sobre la linfadenopatía y le ayudará a comprender mejor la condición física de su hijo.

Linfadenopatía fisiológica

Antes de que el niño tenga entre 6 y 7 años, si los ganglios linfáticos detrás de la oreja existen desde hace mucho tiempo, pero los bordes son claros y lisos, y aparecen en un corto período de tiempo (como 2 a 3 semanas) no crece rápidamente, lo que suele ser linfadenopatía fisiológica. Los padres no necesitan preocuparse y no se requiere tratamiento.

Síntomas de la linfadenopatía

Si la linfadenopatía se acompaña de otros síntomas, como sangrado de encías, manchas sangrantes en todo el cuerpo, fiebre inexplicable o fiebre baja prolongada, peso pérdida de apetito, y espera anormal en la radiografía de tórax. , puede ser un síntoma de leucemia, linfoma o tuberculosis ganglionar. Si ocurren estas situaciones, busque tratamiento médico de inmediato.

Gnódulos linfáticos inflamados en bebés

Si los padres encuentran un bulto que se mueve detrás de la oreja de un bebé de un año, es probable que los ganglios linfáticos estén inflamados. Esta linfadenopatía suele estar causada por las secuelas de una infección aguda en el lactante, como la amigdalitis. Aunque el tiempo que tarda este acné en desaparecer es incierto, los padres no tienen que preocuparse demasiado. Este tipo de pápula no suele requerir tratamiento y se resuelve por sí sola.