¿Cómo vacía el consumismo nuestras billeteras? ——Reflexiones sobre el documental "El culpable del consumo descontrolado"
En primer lugar, el desguace planificado acorta la vida útil del producto.
Para aumentar la tasa de recompra, los comerciantes acortan artificialmente y en secreto la vida útil de los productos, lo que hace que los consumidores repitan pasivamente el consumo y completen una nueva ronda de recompras, creando nuevos puntos de crecimiento de ganancias para los productos. Es un desperdicio de recursos sociales y la eliminación de muchos productos viejos desechados también ha ejercido presión sobre toda la sociedad humana.
La obsolescencia programada se utilizó por primera vez para las bombillas. En aquel momento, varias empresas monopolistas firmaron acuerdos privados para colocar obstáculos artificiales y acortar el tiempo de uso de las bombillas. Muchos productos que utilizamos actualmente tienen propiedades de obsolescencia incorporadas, lo que puede utilizarse para explicar por qué muchas cosas se están volviendo cada vez menos duraderas.
En segundo lugar, el marketing del miedo.
Al aprovechar los miedos humanos, como las enfermedades, el envejecimiento y la muerte, que los humanos temen, los miedos de las personas se intensifican, y este miedo se utiliza para lograr una realización comercial. Si están tan obsesionados, es indudable que la humanidad se está destruyendo a sí misma.
Las industrias más populares de belleza médica, antienvejecimiento, células madre y atención médica están atrayendo cada vez a más clientes a través de este tipo de marketing del miedo, y las ganancias de la industria se han disparado.
En tercer lugar, el bombardeo del concepto de consumo sostenible.
La orientación publicitaria de consumo continuo hace que la intención de compra de los consumidores no se base en los atributos funcionales de los productos, sino en otros elementos de moda o lucimiento, provocando que muchos productos sean eliminados y sustituidos por no estar de moda. Sin duda, proporciona más posibilidades de venta a los comerciantes, pero también provoca un enorme desperdicio de recursos sociales.
Ésta es la fuente de las enormes ventas de IKEA, por lo que los sofás se pueden tirar en cualquier momento como si fueran patatas fritas, y los muebles que se pueden utilizar durante mucho tiempo e incluso pasar a la siguiente generación se han convertido en un artículo de venta rápida que puede eliminarse en cualquier momento.
Con el uso extremo actual del big data de Internet, los comerciantes pueden recomendar con precisión los artículos que los consumidores necesitan, de modo que nuestras intenciones de compra puedan verse satisfechas en cualquier momento. Este concepto de eliminación y consumo continuo respalda el gran ciclo de consumo de la sociedad, y las tarjetas de crédito, como promotoras, alientan de manera invisible el narcisismo del consumidor y se convierten en un ciclo interminable de consumo avanzado.