El perro perdió repentinamente sus patas traseras y no podía mantenerse en pie.
Si hay un trauma evidente, es necesario limpiar la herida con solución salina, luego desinfectarla con yodóforo y finalmente vendarla con algún medicamento tópico. Si la herida es pequeña, se puede tratar en casa.
Pero si la herida es grande y el dolor en la pata trasera es evidente, lo mejor es acudir al hospital para realizar un examen más detallado y realizar radiografías para descartar anomalías en los huesos y las articulaciones. Si hay alguna anomalía, será necesario abordarla quirúrgicamente.
Otra situación es que el perro puede sufrir neuritis, provocando parálisis, debilidad de las patas traseras o imposibilidad de mantenerse en pie. Los problemas de los nervios lumbares son comunes en perros mayores donde la hernia de disco lumbar o las lesiones de envejecimiento de la articulación espinal afectan los nervios lumbares, y luego la conducción nerviosa anormal puede provocar síntomas de parálisis de las extremidades posteriores.
Los problemas en las articulaciones de las extremidades traseras son comunes en el desarrollo de los cachorros y la degeneración de las articulaciones en perros mayores. Una vez que aparecen los síntomas de debilidad de las extremidades traseras, se recomienda buscar tratamiento médico lo antes posible y realizar exámenes de rayos X y tomografía computarizada para determinar la causa y luego realizar el tratamiento correspondiente. Si esta afección también requiere un examen neurológico, se diagnosticará y tratará junto con una resonancia magnética.
Si la afección es demasiado grave, también puede provocar que el perro quede paralizado. Además, también es posible que las patas traseras del perro estén débiles y no puedan mantenerse en pie debido a una deficiencia de calcio a largo plazo. En este momento, el perro necesita complementar algo de calcio y comer calcio líquido o tabletas de calcio específicas para mascotas para aumentar la demanda de calcio del perro.