¿Puede la linfadenopatía ser contagiosa?

La linfadenitis tuberculosa suele aparecer en el cuello. Esta enfermedad no es contagiosa. Te recomendamos un artículo para tu referencia:

Tuberculosis de los ganglios linfáticos cervicales

Linfa del cuello. La tuberculosis ganglionar se llama "escrófula" en la medicina tradicional china y es más común en niños y jóvenes. Mycobacterium tuberculosis invade principalmente a través de las amígdalas y la caries dental, y algunos son secundarios a lesiones de tuberculosis en los pulmones o los bronquios. Sin embargo, la enfermedad sólo puede ocurrir cuando la resistencia del cuerpo a la enfermedad es baja.

Manifestaciones clínicas: Hay múltiples ganglios linfáticos agrandados de diferentes tamaños en uno o ambos lados del cuello, generalmente ubicados en los bordes anterior y posterior del músculo esternocleidomastoideo. En la etapa inicial, los ganglios linfáticos agrandados son duros, indoloros y se pueden empujar. A medida que las lesiones continúan desarrollándose, se produce inflamación de los ganglios linfáticos, lo que provoca la adhesión de los ganglios linfáticos a la piel y los tejidos circundantes. Cada ganglio linfático también puede adherirse entre sí y fusionarse formando una masa. Formación de una masa nodular de difícil empuje. En la etapa tardía, los ganglios linfáticos sufren necrosis caseosa y se licuan, formando abscesos fríos. Después de que el absceso se rompe, saldrá pus como heces de frijoles o sopa de arroz fina y, finalmente, se formará un seno duradero o una úlcera crónica. La piel en el borde de la úlcera será de color rojo oscuro y furtiva, y el tejido de granulación aparecerá. estar pálido y edematoso. Las diferentes etapas de las lesiones mencionadas anteriormente. Puede aparecer en varios ganglios linfáticos en un mismo paciente al mismo tiempo. Una vez que aumenta la resistencia a la enfermedad del paciente y se administra el tratamiento adecuado, las lesiones de tuberculosis en los ganglios linfáticos pueden dejar de desarrollarse y calcificarse.

Un pequeño número de pacientes pueden presentar síntomas de intoxicación sistémica como fiebre baja, sudores nocturnos, pérdida de apetito y pérdida de peso.

Diagnóstico Se puede hacer un diagnóstico claro basándose en el historial de exposición a la tuberculosis y los signos locales, especialmente cuando se ha formado un absceso frío o se ha roto para formar un seno o una úlcera que no sana durante mucho tiempo. . Si es necesario, se puede realizar una radiografía de tórax para determinar si hay tuberculosis. En pacientes pediátricos, la prueba de la tuberculina puede ayudar al diagnóstico. Si solo hay linfadenopatía cervical sin absceso frío ni formación de úlceras, el diagnóstico suele ser difícil y debe diferenciarse de la linfadenitis crónica, el linfoma maligno, los tumores metastásicos cervicales y otras enfermedades. Si la identificación es difícil, puede ser necesaria una biopsia si es necesario.

Prevención: Hacer un buen trabajo en educación sobre higiene y desarrollar el buen hábito de no escupir por todos lados. Los niños deben vacunarse con la vacuna BCG. Prestar atención a la higiene bucal, el tratamiento temprano de la caries dental y la extirpación de las amígdalas enfermas tienen cierta importancia preventiva.

Tratamiento

Métodos de tratamiento convencionales de la medicina occidental:

(1) Tratamiento sistémico Prestar la atención adecuada a la nutrición y al descanso. Aquellos que han tomado isoniazida oral durante 1 a 2 años y se acompañan de síntomas de toxicidad sistémica o lesiones de tuberculosis en otras partes del cuerpo. Agregue salicilato de sodio y amoníaco o rifampicina o inyección intramuscular de estreptomicina.

(2) Tratamiento local

1. Se puede considerar la resección quirúrgica de una pequeña cantidad de ganglios linfáticos localizados, grandes y empujables. Tenga cuidado de no dañar el nervio accesorio durante la cirugía.

2. Si se ha formado un absceso frío pero aún no se ha perforado, se puede realizar una punción furtiva y una extracción de pus. La aguja se inserta a través de la piel normal que rodea el absceso. Intente drenar el pus tanto como sea posible y luego inyecte una solución de isoniazida al 5% o una solución de estreptomicina al 10% en la cavidad del absceso para enjuagar. Y mantenga una cantidad adecuada en la cavidad del absceso, dos veces por semana.

3. Si un absceso frío se rompe para formar una úlcera o un seno, si la infección secundaria no es evidente, es posible realizar una cirugía de agrandamiento. Retire con cuidado todo el tejido enfermo. No se suturó la herida y se cambió el apósito con solución de estreptomicina.

4. Absceso frío secundario a infección purulenta. Primero se requiere incisión y drenaje, y luego se realiza un legrado si es necesario una vez controlada la infección.