Métodos de diagnóstico del linfoma canino

Las pruebas relevantes pueden incluir:

1. Se utiliza un hemograma completo (hemograma o CBC) para evaluar si su mascota está anémica, tiene un recuento bajo de plaquetas o tiene linfocitos circulantes anormales. Las pruebas de bioquímica sérica pueden evaluar la salud general del perro y determinar los efectos del linfosarcoma en otros sistemas de órganos. Entre ellos, algunos animales con linfosarcoma desarrollarán concentraciones elevadas de calcio en sangre (hipercalcemia), lo que puede provocar una mayor ingesta de agua, aumento de la micción e insuficiencia renal.

2. Prueba de orina. Se puede utilizar un análisis de orina para evaluar la función renal o determinar si tiene una infección del tracto urinario. Los perros con linfoma suelen tener sed y orinar con frecuencia, lo que afecta su capacidad para concentrar la orina.

3.Rx de tórax. Se recomienda que los perros con dificultades respiratorias se realicen una radiografía de tórax. A menudo se toman en etapas para detectar la posible propagación de una enfermedad o para identificar el sitio primario de un tumor. Las radiografías de tórax pueden evaluar masas mediastínicas, ganglios linfáticos inflamados en el tórax o identificar la causa de la afectación pulmonar durante el proceso de la enfermedad. El mediastino (la colección de tejido linfoide frente al corazón) puede ser el sitio principal del linfosarcoma en algunos perros. Además, el linfosarcoma puede estar asociado con derrame pleural.

4. Método de detección por aspiración con aguja fina. Esta es la forma más común de diagnosticar el linfoma. Se extrae una pequeña aguja de tejido del ganglio u órgano linfático inflamado y se envía a un patólogo para buscar células cancerosas. También se puede aspirar el derrame pleural para su análisis. Con la ayuda de la ecografía, también se pueden obtener muestras por aspiración con aguja de órganos internos abdominales (hígado, riñón, bazo) o de masas mediastínicas en el tórax.

5. Si no se puede hacer un diagnóstico sobre la base de una evaluación citológica por aspiración con aguja fina, se pueden realizar pruebas mediante la recolección de una muestra de biopsia. Esto se puede lograr mediante varios métodos diferentes, como sedación, anestesia local o anestesia general (para linfadenectomía).

6. Cuando se sospecha un linfosarcoma gastrointestinal, la endoscopia puede recoger muestras de biopsia. La endoscopia implica el uso de una sonda larga y flexible y una fuente de luz para examinar la superficie interna del estómago y los intestinos. Durante este procedimiento, se tomarán biopsias de varias áreas del estómago y los intestinos y se enviarán a un patólogo veterinario para su examen. También se pueden realizar biopsias durante la exploración abdominal, dependiendo de la ubicación del tejido involucrado.

Las biopsias que se toman durante la endoscopia son muy pequeñas y pueden no ser concluyentes. Si estas muestras no son concluyentes, se puede realizar una exploración abdominal para obtener secciones de tejido más grandes del tracto gastrointestinal y evaluar otros órganos abdominales como el hígado, el bazo y los riñones.

7. Ecografía abdominal. La ecografía abdominal puede diferenciar entre organomegalia abdominal y linfadenopatía abdominal. Este procedimiento también se puede utilizar para guiar la aspiración con aguja durante las biopsias.

8. Aspiración de médula ósea. En algunos casos, el veterinario puede realizar un aspirado de médula ósea del perro para determinar si el proceso de la enfermedad ha afectado la médula ósea. La médula ósea es responsable de producir glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. A menudo se utilizan sedación y anestesia local para la aspiración de médula ósea. Los lugares más comunes para extraer médula ósea son el húmero (debajo del hombro) y la articulación de la cadera (íleon). Si se encuentra linfosarcoma en la médula ósea, el tratamiento puede verse afectado negativamente.

9.PARR es una prueba que ayuda a diferenciar el inmunofenotipo del linfoma canino. Esto ayuda a distinguir las células T y las células B, formulando así planes de tratamiento y determinando el pronóstico y la esperanza de vida a largo plazo.