Yoga, un diálogo con el cuerpo y la mente.
El camino hacia el alma.
Tranquilidad en el bullicio, habla con tu cuerpo, escucha sus deseos y calma tu voz interior.
Abre tu propio universo entre respiraciones.
En la meditación, descubre tu verdadera fuente.
Mira al mundo y a ti mismo.
Las posturas de yoga son importantes, y más importante aún, posturas en la vida.
Aprende a relajarte y deja que tu cuerpo encuentre su propia posición; respira de manera uniforme, lo que te hará sentir más seguro en la postura.
No tengas miedo al dolor, acepta el dolor, adáptate al dolor, sobrevive al dolor y completa una sublimación de adentro hacia afuera.
Lo mismo ocurre en la vida.
Guarda silencio y concéntrate.
El tráfico fuera de la ventana, el ruido de los demás, todo ya no existe, solo tú, concéntrate en cada respiración, sé más tranquilo, entiende poco a poco el lenguaje de tu cuerpo y dale todo lo que deseas.
Mantén un equilibrio.
Encuentra el poder del equilibrio en la inestabilidad, ejercita cada centímetro de músculo y haz que tu cuerpo funcione de forma más perfecta.
Respira para adaptarte al dolor, olvídate de la paciencia y adapta cada postura al extremo del cuerpo.
La máxima paciencia, la máxima belleza.
Habla con tu corazón.
Todas las posturas tienen como objetivo, en última instancia, conducir al palacio interior.
En el centro del universo, escucha tu voz interior.
Después de completar el peregrinaje, todas las emociones desaparecerán y la ansiedad, la preocupación, el dolor, el agravio y la falta de voluntad volverán a cero en este silencio.
Vuelta a la naturaleza.
Vacia tus emociones y vuelve a la calma;
Libera el cansancio y vuelve al confort.
Deja la postura y vuelve a la vida;
Un tú que parece igual pero es diferente, entonces enfrenta la vida. ¿Mi corazón será cosechado para recibir otro amanecer?
Recuérdate siempre ponerte de pie, sentarte, hablar y comportarte; recuerda siempre a tu alma que debe afrontar, estar tranquila, estar cómoda, aceptar, adaptarse y salir adelante.
Mientras estés dispuesto, podrás convertirte en una mejor versión de ti mismo.