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Prevención y tratamiento del moquillo canino

La enfermedad es una enfermedad viral causada por el virus del moquillo canino. Las principales manifestaciones clínicas son fiebre bipolar, rinitis, inflamación del tracto digestivo y del tracto respiratorio y encefalitis no supurativa en la etapa posterior. La enfermedad se presenta principalmente en cachorros de 3 a 6 meses, pero también se infectan perros adultos.

La temperatura corporal inicial sube hasta unos 40°C, desciende a la normalidad después de 2-3 días y luego vuelve a subir después de 2-3 días sin fiebre. Cuando la temperatura corporal aumenta por segunda vez, los síntomas empeoran. El perro enfermo está deprimido, tiene pérdida de apetito, está demacrado, deshidratado, tiene cianosis de las mucosas y aparece conjuntivitis o queratitis. Algunos perros tienen síntomas respiratorios, que incluyen tos, estornudos, secreción nasal de serosa a purulenta, sequedad nasal, dificultad para respirar y síntomas de neumonía y bronconeumonía. Algunos perros enfermos presentan síntomas del sistema digestivo, como vómitos, estreñimiento o diarrea, y heces malolientes mezcladas con sangre y burbujas. A veces aparecen eritema y pápulas en la superficie de la piel y la piel de las palmas y la nariz se espesa. En las últimas etapas de la enfermedad, el virus invade el cerebro y los perros enfermos desarrollan síntomas neurológicos como epilepsia, espasmos y convulsiones. La tasa de mortalidad de esta enfermedad llega al 30% al 80%. Si se infecta con hepatitis infecciosa canina al mismo tiempo, la tasa de mortalidad llega al 100%.

Un método eficaz para tratar la enfermedad es utilizar una gran cantidad de suero hiperinmune de moquillo canino, inmunoglobulina o suero pentavalente en las primeras etapas de la enfermedad. Inyección intramuscular de 7,5 a 10 ml durante 2 a 3 días; use 2 ml de factor de transferencia juntos. Para prevenir y controlar las infecciones secundarias, se utilizan antibióticos de amplio espectro, que incluyen ampicilina 20 mg/kg, eritromicina 5 a 10 mg/kg, kanamicina 5 a 10 mg/kg y cefalosporinas 20 a 30 mg/kg. También se pueden utilizar la inyección de gentamicina, cloranfenicol y Shuanghuanglian. Se administraron antibióticos en las primeras etapas de la enfermedad y se inyectaron por vía intramuscular de 5 a 20 mg de timetasona, una vez al día, que tiene efectos antiinflamatorios y antipiréticos. Administre vitamina B1 y vitamina C en grandes cantidades. Elija fármacos cardiotónicos, diuréticos, astringentes, antieméticos, antitusivos y expectorantes según la afección.

Para perros con síntomas neurológicos en la etapa posterior, se pueden inyectar sulfonamida, metenamina y manitol por vía intravenosa, y también se pueden usar junto con las píldoras Niuhuang Angong e interferón, con mejores resultados. A los perros con espasmos y convulsiones graves se les puede inyectar diazepam 100 ~ 200 mg/kg, que tiene cierto efecto de alivio.

La forma más fiable de prevenir la enfermedad son las inyecciones periódicas de la vacuna contra el moquillo canino o de la vacuna pentavalente canina. Cuando los cachorros tengan entre 1,5 y 2 meses se debe vacunar tres veces seguidas, con un intervalo de 7 a 15 días, y luego una vez al año. Mantenga una buena higiene de los perros y las perreras en horarios habituales, evite el contacto con perros externos, aísle y trate a los perros enfermos de manera oportuna e inyecte suero hiperinmune a otros perros para la prevención de emergencias, lo que tiene cierto efecto.