¿Qué tecnología se utiliza actualmente para tratar el cáncer de hígado?
Como pionero en la terapia dirigida del cáncer de hígado, sorafenib es un fármaco de terapia biológicamente dirigida de molécula pequeña y múltiples objetivos. Puede inhibir las vías de transmisión de señales RAS, RAF, MEK y ERK, inhibir directamente la proliferación de células tumorales y producir mecanismos antitumorales. El cáncer de hígado es un tumor vascular con alta expresión de VEGF, por lo que sorafenib también tiene un efecto inhibidor significativo sobre la angiogénesis y tiene un efecto terapéutico significativo sobre el cáncer de hígado.
Sunitinib es un inhibidor del receptor de molécula pequeña de múltiples objetivos, incluidos VEGFR-1, VEGFR-2, VEGFR-3, KIT y FLT-3. La interferencia anormal en la transducción de señales puede inhibir el crecimiento y la división de las células tumorales.
Otros fármacos dirigidos, como el erlotinib, es un inhibidor oral de molécula pequeña del EGFR que puede atacar la región de la tirosina quinasa, pero su uso clínico en el cáncer de hígado es poco común. Cetuximab es un anticuerpo monoclonal anti-EGFR que, al igual que bevacizumab, se ha convertido en una parte importante del tratamiento de muchos cánceres avanzados. Everolimus es un inhibidor de mTOR que ha demostrado ser eficaz en xenoinjertos de cáncer de hígado.
El cáncer de hígado también se puede tratar con la medicina tradicional china durante un tratamiento farmacológico dirigido. La medicina tradicional china, como el polvo de esporas de Ganoderma de tercera generación altamente concentrado, puede reducir algunos de los efectos secundarios hepatotóxicos causados por los medicamentos y mejorar el pronóstico del tratamiento. Se puede decir que a la investigación sobre fármacos dirigidos todavía le queda un largo camino por recorrer.
Síntomas del cáncer de hígado avanzado:
Fiebre: la mayoría tiene fiebre de moderada a baja y algunos tienen fiebre alta, que alcanza los 39 °C. La fiebre del cáncer de hígado es principalmente fiebre cancerosa, causada por la necrosis de las células tumorales y la liberación de una fuente de calor.
Debilidad y pérdida de peso: A medida que la condición empeora, la función hepática se debilita, el apetito disminuye, la inmunidad y la resistencia disminuyen, lo que lleva a una pérdida de peso corporal y fatiga transitoria.
Náuseas y vómitos: Puede ser que las células cancerosas invadan el sistema digestivo y nervioso, provocando náuseas y vómitos, también puede ser un efecto secundario provocado por la radioterapia y la quimioterapia durante el tratamiento;
Dolor en la zona del hígado: el dolor en el hipocondrio derecho es común, muchas veces recurrente y persistente, el dolor es insoportable;